Un amor correspondido y ahora filmado
El largo idilio entre América Latina y los cantautores españoles Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina queda al desnudo en el documental «El símbolo y el cuate», opera prima cinematográfica del periodista español Francesc Relea que tendrá su estreno latinoamericano el mes próximo en Colombia.
Sin lugar a dudas es «un amor correspondido», dice Relea sobre la especial relación que mantienen los dos artistas y los latinoamericanos, patente en los 82 minutos del documental.
«Los dos están muy implicados y comprometidos en todos los aspectos con América Latina», agrega en una entrevista con Efe.
«El símbolo y el cuate» abrirá una edición del festival Docs Barcelona que tendrá lugar a mediados de octubre en la ciudad de Medellín, pero antes pasará por el Festival de San Sebastián y se estrenará en cines de España.
Visión de primera mano
Relea, que fue corresponsal del diario español El País en Buenos Aires y México desde 1998 a 2005, siguió con la cámara a Serrat y Sabina durante su segunda gira por América Latina, «Dos pájaros contraatacan» (2012), y lo hizo más fuera que dentro de los escenarios.
Así se puede ver a los cantautores comiendo en casas de sus muchos amigos latinoamericanos, como los escritores Paco Ignacio Taibo II y Eduardo Galeano, mientras se relajan viendo el paisaje mientras viajan hacia el siguiente punto de la gira o cantando en un hospital para un público de niños con cáncer y sus padres y médicos.
Todo ello aderezado con declaraciones del «símbolo» (Serrat) y del «cuate» (Sabina), como los definió el periodista mexicano Rodrigo Rocha, una de las personas que opinan en el filme acerca de la pareja de cantautores y de las razones de su prolongado éxito.
El actor argentino Ricardo Darín y sus compatriotas Estela de Carlotto, de las Abuelas de Plaza de Mayo, y Carlos Ares, periodista, el fotógrafo chileno Luis Poirot y el decano universitario peruano Roberto Burns también tienen algo que decir en el documental sobre los cantautores españoles.
Como hilo conductor del recorrido, que lleva al espectador por las capitales de México, Argentina, Perú, Chile y Uruguay, está la historia de esos países en los últimos 40 años, con imágenes y sonidos del golpe de Estado de 1976 en Argentina o el bombardeo del Palacio de La Moneda en Santiago por los golpistas de 1973.
«Matrimonio de desechos»
Las imágenes de la primera marcha zapatista que llegó al Zócalo de México (2001), con Sabina como testigo de excepción, y las de Serrat en sus primeros tiempos en México como exiliado (1975) junto a otros españoles en igual situación se combinan con otras de ensayos, camerinos y escenarios de la gira.
También se ve al autor de «Mediterráneo» intentando sin éxito entrar en Chile para hacer campaña por el «no» en el referendo de 1988 o al de «Y nos dieron las diez» en su bar preferido en México hablando de Chavela y José Alfredo Jiménez.
Como corresponde a su mote, el cuate Sabina, de 64 años, se muestra más accesible y jovial ante la cámara.
Se dejó grabar, por ejemplo, siendo maquillado por su mujer, la fotógrafa peruana Jimena Coronado, haciendo gárgaras antes de un concierto, recitando poemas de Vallejo y de Neruda o leyendo en un autobús, casi siempre con un cigarrillo en la boca o la mano y un vaso lleno a su lado.
El «símbolo», que cumple 70 años el próximo diciembre, es más reservado y juicioso, pero se le ve también de broma con su compañero de gira y siempre afectuoso con los que le rodean.
Serrat define su relación con Sabina, con quien hizo una primera gira en 2007, como un «matrimonio de desechos» por sus edades y achaques.
«Es un tándem que funciona. Son amigos, tiene una buena relación. Hay un respeto y un reparto de papeles que les va bien», dice el director y guionista del documental.
Vibran más aquí que en Europa
El filme se realizó con un presupuesto de 300.000 euros (399.000 dólares) por dos productoras independientes, Whats up Doc y Lastor Media, y con TVE y Sony como coproductores.
Para Relea y varios de los que aparecen en el documental, lo más probable es que ésta sea la última gira del dúo de pájaros.
Algo en el aire de las últimas escenas, cuando se despiden del público en el concierto final de la gira, en la Bombonera, el estadio de Boca Juniors, en Buenos Aires, el lugar junto con la Plaza de Toros de las Ventas de Madrid en el que Sabina canta más a gusto, según cuenta ante la cámara, dice que no habrá más giras.
«Yo creo que ellos vibran en el escenario en América Latina como no lo hacen en España», dice Relea.
Aunque costó convencerlos, sobre todo a Serrat, se fueron acostumbrando a la cámara durante el rodaje