Chile conmemorará este lunes el 40 aniversario de la muerte del poeta Pablo Neruda mientras avanza la investigación judicial para aclarar las causas de su deceso, atribuido oficialmente al cáncer de próstata que padecía, pero que pudo deberse a un envenenamiento a manos de agentes de la dictadura.
Neruda falleció en una clínica privada de Santiago el 23 de septiembre de 1973, solo doce días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet, del que también se cumplió este año el 40 aniversario, recordado con multitud de actos.
La fundación que lleva el nombre del escritor convocó para este lunes un acto en la casa museo «La Chascona», en el bohemio barrio santiaguino de Bellavista, en el que se exhibirá un video biográfico y un documental titulado «Yo no voy a morirme».
En tanto, el Gobierno invitó a que los escolares inicien su jornada con la lectura de poemas del Premio Nobel de Literatura de 1971.
Además, en Valparaíso, a 125 kilómetros de la capital y donde Neruda tenía otra casa a la que llamó «La Sebastiana», los trolebuses que circulan por esa ciudad portuaria exhibirán piezas gráficas del poeta con la leyenda «Neruda vive».
La investigación por las causas de su muerte se abrió a mediados de 2011, a raíz de una querella presentada por el Partido Comunista, del que Neruda era militante, tras conocerse unas declaraciones de su antiguo chófer, Manuel Araya, a la revista mexicana Proceso.
Araya, que vive ahora en San Antonio, a pocos kilómetros de Valparaíso e Isla Negra, defiende que el autor de «Crepusculario» y «Canto General» murió a causa de una inyección que recibió pocas horas antes./ Agencias
Los testimonios y documentos de la época confirman que Neruda recibió esa inyección, aunque supuestamente se trató de un calmante.
El poeta, aquejado de un cáncer de próstata, tenía previsto partir al día siguiente al exilio en Médico.
En la misma clínica falleció en 1982 el expresidente Eduardo Frei Montalva (1964-1970), cuando encabezaba una incipiente oposición a Pinochet.
Durante años se mantuvo oficialmente que la muerte del político democristiano se debió a un shock séptico tras una operación, pero tras la apertura de una investigación judicial, en diciembre de 2009, fue calificada de homicidio por envenenamiento.