Baños de mármol, mayordomo 24 horas al día, terraza privada con jacuzzi y vista panorámica, habitaciones de más de 100 mts2 e, incluso, esencia de flores para perfumar el ambiente si se solicita. Son algunas de las características y servicios que el turista puede encontrar en los varios hoteles cinco estrellas que funcionan en monasterios construidos hace más de seis siglos, y que son propiedad de la Iglesia Católica.
Probablemente a un establecimiento con características similares se refería el Papa Francisco cuando dijo que los conventos vacíos no debían transformarse en hoteles de lujo que generaran ganancias para la Iglesia, sino que debían destinarse a acoger a refugiados. La afirmación la hizo hace unos días durante su visita al Centro Astalli, en Roma, destinado a ayudar a refugiados.
En países como Perú, España, Francia, Italia y Puerto Rico hay recintos eclesiásticos transformados en hostelerías exclusivas. Un ejemplo es el Hotel Monasterio, localizado a una cuadra de la Plaza de Armas, en pleno centro de Cusco, en Perú. El predio en donde se encuentra era el Seminario de San Antonio Abad, fundado en 1598.
Es administrado por la empresa hotelera Orient Express, pero como el lugar pertenece al Arzobispado de Cusco, existe un contrato de usufructo por 30 años que estipula que la compañía tiene que pagar un alquiler mensual, según la información proporcionada telefónicamente por el Arzobispado.
Palacio Nazarenas es administrado por la misma compañía y se encuentra a un lado del Hotel Monasterio. Originalmente era una construcción inca conocida como La Casa de las Sierpes, debido a la gran cantidad de serpientes talladas en las piedras que sostienen la estructura. Tras la llegada de los españoles se convirtió en el Beaterio de las Nazarenas, en el siglo XVIII.
Signos de interrogación
La gran mayoría de conventos, monasterios y seminarios pertenecen a iglesias locales, diócesis y órdenes religiosas, locales e internacionales.
«Son entidades legales autónomas, las propiedades les pertenecen y pueden hacer lo que quieran con ellas, venderlas o alquilarlas sin tener que informarle a nadie. Así que en muchos casos aprovechan el turismo para obtener dinero, muchos de los recintos tienen muy pocos residentes y otros están cerrados», dice David Willey, el corresponsal de la BBC en el Vaticano.
Por esta razón, y por la gran variedad de órdenes y diócesis que existen, es muy difícil saber cómo son manejadas estas edificaciones eclesiásticas y cuántas funcionan como hoteles de lujo, como posadas mucho más sencillas o tienen fines comerciales.
Localizado muy cerca del parlamento, en el centro de Roma, Italia, se encuentra el restaurante L’Eau Vive. El establecimiento de comida francesa es manejado por las Misioneras de la Inmaculada Concepción. La cena suele amenizarse con una oración que se escucha a través de un altavoz y por una canción religiosa que entonan los mesoneros.
«Los platos son buenos, pero costosos. Una comida para cuatro personas con plato principal y vino cuesta alrededor de US$200. El restaurant es parte de una cadena que se encuentra en cinco continentes», le cuenta a BBC Mundo Alessandro Speciale, especialista en temas de El Vaticano.
Los números de los herederos de San Pedro
En lo que respecta a la Santa Sede, la mayoría de sus propiedades se encuentran en Ciudad del Vaticano y en el centro de Roma.
«Tiene palazzos (edificios) y alquila los apartamentos, a veces a empleados por un precio menor al del mercado y, en otras ocasiones, a amigos de los obispos. Muchos de los inmuebles que tiene El Vaticano son propiedades que pasaron a su control porque personas sin herederos así lo estipularon en sus testamentos», señala Robert Mickens, corresponsal en Roma del semanario católico británico The Tablet, en conversación con BBC Mundo.
Speciale, por su parte, recuerda el caso de los residentes de un edificio en Piazza Farnese, en Roma. «Iban a ser desalojados por un departamento de El Vaticano que quería darle un uso comercial al lugar, así que formaron una asociación. Un vecino contaba que le triplicaron el alquiler, otra vivía con su madre y el único ingreso de ambas era la pensión, la gran mayoría había vivido allí durante muchos años y no tenía a donde ir».
Según un artículo publicado por Speciale y Malcolm Moore, quien fue corresponsal del periódico británico The Telegraph en Italia, El Vaticano posee un cuarto de los edificios que se encuentran en el centro de Roma. Y solo en 2006, añadieron a su inventario inmobiliario 8.000 propiedades que heredaron.
De acuerdo al trabajo realizado por Speciale y Moore –publicado en 2007- un cálculo aproximado del valor de la totalidad de inmuebles que posee la Iglesia supera los US$6 mil millones. Sin embargo, las propiedades que están en la capital italiana valen apenas unos pocos millones de dólares porque la última vez que se avaluaron fue en 1929. Muchas, además, no podrían venderse. Tal es el caso de la Basílica de San Pedro, que en los libros de la Santa Sede tiene un valor de aproximadamente US$1.
BBC Mundo solicitó una entrevista con algún representante de El Vaticano para tratar el tema, pero no hubo respuesta.
Casos excepcionales
En el caso de Italia hay un elemento adicional que genera polémica: la exención impositiva que tienen los inmuebles de la Iglesia. El pago de tributo en el país se calcula en función de los metros cuadrados de la estructura, lo que resultaría costoso en el caso de monasterios, conventos, iglesias y otros edificios de gran tamaño.
«Cómo hay lugares que funcionan como posadas pero que también sirven de residencia para religiosos, El Vaticano considera que no se debe tomar como referencia para el cálculo la extensión total de la construcción. Así que actualmente se está tratando de lograr algún acuerdo, ya que la Santa Sede ha manifestado que está dispuesta a pagar impuestos por los inmuebles que posee», le dijo a BBC Mundo Paddy Agnew, especialista en temas relacionados con El Vaticano.
Para la mayoría de los expertos consultados para este trabajo, los recintos eclesiásticos remodelados para adaptarse a los requerimientos de hoteles de lujo son excepciones. «Algunas órdenes religiosas usan parte del edificio como posadas baratas debido a la gran cantidad de cuartos desocupados que tienen, pero eso no es nada nuevo», explica Agnew.
A los edificios vacíos se suma el hecho de que el número de religiosos que hay en la actualidad no se compara con el que había en la época en la que conventos y monasterios fueron construidos. «En la mayoría de los casos, el alquiler de los cuartos se hace por razones prácticas. Por cada monja joven que trabaja, hay cinco o diez retiradas, así que necesitan generar algún ingreso para poder mantener a los ancianos de la comunidad», refiere Mickens, el corresponsal del semanario católico británico The Tablet.
«Puede que se hayan hecho ciertas remodelaciones para cumplir con requerimientos básicos estipulados legalmente para el alquiler de habitaciones -prosigue Mickens- como por ejemplo que la habitación tenga un baño o agua potable, pero siguen siendo lugares muy modestos».
BBC Mundo