Los enfrentamientos seguían en provincias de todo el país, incluyendo las afueras de la capital, Damasco, lo que remarca la naturaleza implacable de la guerra civil frente a esfuerzos internacionales por destruir las armas químicas de Siria y reanudar conversaciones de paz
Al menos 16 personas, en su mayoría estudiantes, murieron el domingo en un ataque aéreo que alcanzó una escuela de secundaria en la ciudad de Raqqa, en Siria, bajo control de los rebeldes, dijeron activistas.
Los enfrentamientos seguían en provincias de todo el país, incluyendo las afueras de la capital, Damasco, lo que remarca la naturaleza implacable de la guerra civil frente a esfuerzos internacionales por destruir las armas químicas de Siria y reanudar conversaciones de paz.
Raqqa, en el noreste de Siria, ha estado desde marzo bajo control de los insurgentes que combaten para derrocar al presidente Bashar al-Assad, pero la ciudad ha sido bombardeada regularmente por fuerzas gubernamentales.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de supervisión con una red de fuentes en Siria y con sede en Reino Unido, dijo que la cifra de muertos era de al menos 16 personas, 10 de ellas estudiantes de la escuela, pero que el número probablemente se elevaría porque muchos de los heridos estaban en estado crítico.
Los enfrentamientos también continuaron en la provincia de Deraa, un día después de que los rebeldes en la zona -entre ellos el Frente Nusra vinculado a al Qaeda- capturaran un antiguo puesto de aduanas en la frontera sur con Jordania.
En las afueras de la capital, un ataque de rebeldes a bases militares en la zona de Qalamoun dejó al menos 19 combatientes gubernamentales muertos y varios heridos, dijo el Observatorio.
La cifra de fallecidos por un coche bomba el viernes en la ciudad de Rankus, al norte de Damasco, también subió a 34, agregó la agrupación.
Más de 100.000 personas han muerto en el conflicto sirio, que comenzó como un levantamiento pacífico en marzo del 2011 y derivó en una guerra civil tras la violenta represión gubernamental contra los manifestantes civiles.
Las restricciones a la cobertura informativa hacen difícil comprobar de forma independiente lo que ocurre en el interior de Siria.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución el viernes que exige la erradicación de las armas químicas de Siria luego de un ataque del 21 de agosto con gas sarín en un suburbio de Damasco que mató a cientos de personas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó después de la votación que las grandes potencias esperaban realizar una conferencia de paz sobre Siria a mediados de noviembre en Ginebra.
El enviado internacional a Siria, Lakhdar Brahimi, afirmó el domingo que esa fecha «no es un ciento por ciento segura» e instó a los fraccionados grupos de la oposición siria a unirse bajo una sola delegación en esa reunión.
«Si hay diferentes delegaciones, me preocupa que eso lleve al fracaso, no al éxito», declaró Brahimi al canal de televisión al-Arabiya. Agencias
Inspectores en riesgo
Cuando los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) lleguen a Damasco este lunes se enfrentarán a una tarea de enormes proporciones. Tendrán que visitar cerca de 50 sitios diferentes como parte de los esfuerzos para librar a Siria de sus armas químicas.
Esta noticia proviene de un funcionario de la OPAQ, que dice que algunos de los lugares se encuentran cerca de las zonas en disputa, y que para acceder a algunos de los lugares se requerirá viajar a través de las zonas controladas por los rebeldes.
Estos datos ponen de relieve las continuas preguntas de seguridad en torno al plan, que acaba de ganar el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU.
Incluso con el visto bueno del presidente sirio, Bachar al Asad, las condiciones, incluyendo el combate activo, plantear problemas logísticos.