La Torre Confinanzas, a pesar de ser considerada un privilegio de la arquitectura, reconocida y galardonada, hoy es el refugio y hogar de miles de personas, pero también se ha convertido en un foco de inseguridad que azota y roba la paz de los vecinos de La Candelaria, Altagracia y San Bernandino
¿Cuál es la realidad que esconde la Torre de David, ubicada en La Candelaria, en pleno Centro de Caracas? A pesar de ser considerada un privilegio de la arquitectura, reconocida y galardonada internacionalmente, esta edificación de 45 pisos que fue construida con el sueño de formar parte de una metrópoli de primer mundo, hoy es el reflejo de la decadencia e impunidad que reina en el país.
Desde el año 2007, esta edificación que se encontraba paralizada, fue tomada por personas con necesidades de viviendas o damnificadas producto de las lluvias. Pero con el tiempo, su ocupación se convirtió en un negocio ilícito -un secreto a mil voces- donde sus habitantes deben pagar desde 30 mil a 50 mil Bs para conseguir un espacio y cancelar “un condominio” mensual de 300 Bs, presuntamente, destinado a las labores de limpieza.
Actualmente, allí habitan unas 500 familias. Con un simple cálculo, se deduce que el monto recabado mensualmente son un 150 mil Bs ¿quién los recauda? ¿quién se beneficia con el dinero obtenido por los pisos vendidos? Respuestas que no salen a la luz, quedando escondidas en las limitación de la importante edificación.
Al parecer, la torre está dividida en dos áreas, el acceso B está completamente dominado por hogares evangélicos, mientras que el acceso A, supuestamente es donde se albergan algunos de mal vivir. Muchos consideran que esta distribución es propia de un penal venezolano.
Se conoció que cada piso tiene alrededor de tres dirigentes, mientras que el máximo líder es un expresidiario y pastor evangélico, a quien se le conoce como “El Niño” Gaza, presidente de la cooperativa habitacional que rige al rascacielos, conocidos como “Casiques de Venezuela”, escrito así, con la letra “s”.
Foco de delincuencia
Pero, según los vecinos de la zona, es la latente delincuencia que reina en el lugar la verdadera y principal angustia que los atañe. Denuncian que desde el edificio, son cometidos todos los delitos imaginables, que abarcan desde abuso infantil, secuestro, violaciones y prostitución.
Uno de los casos más conocidos fue el secuestro del agregado comercial de Costa Rica, Guillermo Cholele, quien se presume estuvo encerrado en estas instalaciones, por lo que el CICPC la allanó. Por otro lado, hace apenas un mes una joven denunció ante las autoridades ser ultrajada en el lugar, luego de ser plagiada cuando salía del un centro comercial cercano.
También, el constante asalto y robo de los clientes bancarios “es el pan nuestro de cada día”. La comunidad cree que desde las alturas y con uso de binoculares, los malhechores ubican a las víctimas, y luego suministran la información por medio de radios y teléfonos móviles, a los delincuentes que aguardan abajo para perpetrar el hecho.
Los vecinos suplican soluciones a esta situación y añoran que algún día la Torre de David sea reconocida por su antigua popularidad y deje de ser recordada como la invasión más grande del país y el barrio más alto del mundo.
Soluciones
La Torre Confinanzas, también conocida como Torre de David, pertenece al Fondo de Protección Social de los Depósitos Bancarios (Fogade), institución perteneciente al Estado, pero el rascacielos tiene más de seis años invadido, sin acciones para cambiar esta realidad.
Carlos Julio Rojas, presidente del Frente de Defensa del Norte de Caracas, recordó que esta torre fue valorada en 40 millones de dólares, y considera que dicho monto sería suficiente para generar soluciones habitacionales a la familias tomistas, además de contribuir con la disminución de los índices delictivos en La Candelaria.
Anabel Barrios Díaz e-mail: abarrios@diariolavoz.net