La violencia escolar ha adoptado formas perversas hasta en la Internet. Tal fue lo ocurrido con Rebbeca Ann Sedwinck, joven de 12 años de edad que se quitó la vida recientemente en Estados Unidos
Mucho se ha oído hablar sobre el bullying o el también llamado acoso escolar. Artículos de periódicos, programas de televisión y el cyber espacio han dado amplios espacios para tratar un tema que preocupa a cualquier nación del mundo, en muchas de las cuales se han reportado sucesos lamentables en los que son los jóvenes los causantes de asesinatos múltiples que son señal de algo simple y al mismo tiempo complicado: la obstinación por la burla, la violencia y el maltrato de la que han sido víctimas.
La violencia escolar ha adoptado formas perversas hasta en la Internet. Tal fue lo ocurrido con Rebbeca Ann Sedwinck, joven de 12 años de edad, quien manifestándose cansada de la burla de sus compañeras de clases, se quitó la vida al arrojarse a la plataforma de una fábrica de cemento abandonada que se ubicaba en las cercanías de su vivienda.
El hecho, acontecido el 15 de septiembre de este año en Florida, Estados Unidos, le dio la vuelta al mundo en cuestión de horas. Rebbeca recibía mensajes como «Eres fea», «¿Por qué estás viva todavía?» y «Ve y mátate», según reportaron algunas fuentes.
Y así es. Aunque la burla entre jóvenes puede que comience como algo inocente o un juego, puede resultar en una cadena que causa un daño tremendo en el niño o joven burlado. Las consecuencias psicológicas que ocasionan la burla pueden ser tan contundentes que marquen la vida del muchacho, trayendo sentimientos de culpa y de inutilidad.
Es por ello que en esta oportunidad se quiso obtener la apreciación de jóvenes, quienes hablaron acerca de un tema que dicen conocer, al tiempo en que ofrecían propuestas para disminuir los casos que vienen alarmando a la comunidad educativa, tanto de Guarenas como de Guatire en el estado Miranda.
Competencia y lucha
En medio del sondeo hecho entre estudiantes entre 5to grado de educación básica y 4to año del diversificado, la mayoría coincidió con que en los casos más frecuentes, el bullying toma escenarios comunes como el salón de clases o el patio. Es la hora del recreo la seleccionada para que la víctima del acoso escolar sea blanco de las burlas o de los denominados «chalequeos». Normalmente, el o la joven afectada no hayan cómo defenderse y muchos sentimientos los invanden.
Víctor González expresó que es un deseo común del ser humano el ser aceptado por todos. Para él nadie quiere ser rechazado, por lo que dice entiende la situación incómoda y perturbadora a la que se enfrenta una víctima de violencia escolar.
«Los daños más que todos son emocionales. Uno ve que se ríen de los compañeros porque es negro, gordo, flaco, de baja estatura, con ojos grandes, con ropa desgastada, es decir que cualquier cosa que es un defecto por llamarlo de una manera se convierte en el motivo perfecto para reírse de los demás. Rara vez se ve por ejemplo en mi liceo que le peguen a un compañero, pero creo que a veces el chalequeo es peor que un golpe», expresó González.
Para el muchacho, hay escenarios de competencia y lucha entre los estudiantes y normalmente no todos cuentan con los recursos para tener un calzado caro o una camisa de buena calidad. A su juicio ese es otro elemento que incrementa el bullying,
«Yo creo que con jornadas escolares en las que seamos nosotros los que hablemos del tema y abordemos las consecuencias que causa el acoso escolar, se pueden lograr grandes avances. De verdad es chimbo que una persona se sienta maltratada; aunque a veces disimule uno no sabe cómo puede sentirse», agregó.
Formación
desde la casa
Por su parte, Orlando Giménez considera que la formación debe venir desde la casa. De este modo, ni victimario ni víctima sufrirán como en el común de los casos.
«Si a uno lo educan en valores y con un alto concepto de lo que es el respeto, uno no va a tener mediciones a la hora de dirigirse a un compañero, porque una cosa es echar broma y otra distinta es la burlita que incomoda. De verdad que si los padres preparan bien a sus hijos, se puede hasta evitar que un joven desarrolle un estado depresivo por el acoso escolar. El chamo va a estar más fuerte y preparado y no se va a dejar montar la pata», precisó Giménez, quien propone la elaboración de carteleras informativas y visita de personalidades empapadas con el tema que guíen a los estudiantes.
«Desde los preescolares hay bullying, así que debe haber un trabajo de parte de padres, docentes, directivos, comunidad», añadió.
«Eso no se acabará»
Veruska Salas y Giseli Pereira tienen un punto de vista menos optimista. Creen que el maltrato escolar no tendrá fin, debido a que consideran que son como una cadena que no termina ni tiene fin.
«Tu dices que no se burlen y te llaman nerd o galla. Muchos piensan que no podemos socializar sin burlarnos, sin criticarnos, y no es así. Pero la mayoría no entiende eso», expresaron.
Yohadi Arteaga
yohaarteaga@gmail.com