Llevaban cinco años valorando si invertir sus ahorros fuera de Venezuela, en Europa o en la Florida. Buscaban una inversión que se revalorizara con el tiempo, pero sobre todo, que fuera segura. Hace 15 días firmaron la compra de un apartamento por unos $300,000 en Miami Beach que también les servirá como residencia de vacaciones, y la semana pasada les dieron las llaves.
Los compradores, Victoria, que no quiere ser identificada por su nombre real por temor a represalias, y su marido, dos jóvenes profesionales, forman parte de los venezolanos que han decidido invertir en Miami y que constituyen una parte cada vez mayor de los compradores internacionales de residencias en Miami.
Los venezolanos han pasado de constituir el 16 por ciento del total de los compradores de inmuebles en las áreas de Miami y Miami Beach en los 12 meses previos a junio del 2012, al 20 por ciento en los 12 meses que anteceden a julio del 2013, según un informe preparado por la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR) de Estados Unidos para la Asociación de Agentes Inmobiliarios de la Florida.
Además, los venezolanos han pasado del tercero al segundo puesto en el escalafón de compradores internacionales de inmuebles en la Florida, al representar el 7.6 por ciento de las compras de extranjeros en el estado. Están sólo por detrás de los canadienses (que firmaron casi el 30 por ciento de las compras de inmuebles de extranjeros en la Florida) y por delante de los brasileños, que los superaban en el informe del 2012. El salto se debe, sobre todo, a que el porcentaje de compras de inmuebles entre los brasileños cayó del 9.3 al 6.5 por ciento.
El reporte de la NAR se basa en una encuesta realizada entre 977 agentes inmobiliarios de la Florida. “El número de compradores venezolanos definitivamente ha subido. Los venezolanos se sienten más seguros teniendo sus inversiones aquí”, afirmó Aurace Rengifo, agente inmobiliario en Ocean International Realty.
Seguridad para su inversión fue el principal objetivo de Victoria y su marido para invertir en Miami. Ellos no querían comprar en Venezuela por miedo a que si alquilan la propiedad, el arrendatario tenga derecho a comprarla por un precio reducido o, si la dejan vacía, que se la expropien.
“Quizás en Venezuela se te revaloriza más en porcentaje, porque la oferta es más escasa. Aquí hay más oferta, pero con todo y eso el inmueble se sigue revalorizando. Es una balanza riesgo-beneficio. Uno corre más riesgo en nuestros países aunque tiene más ganancia”, dijo Victoria, que trabaja en una empresa multinacional. Su marido tiene en Venezuela su propio negocio.
Victoria y su marido son el prototipo del inversor venezolano que está comprando en Miami, según lo describieron diferentes agentes inmobiliarios: profesionales jóvenes que en muchos casos tienen sus propios negocios en Venezuela, que frecuentemente tienen pareja y quizás también o hijos. Los venezolanos destinaron las residencias que compraron en la Florida entre julio del 2012 y julio del 2013, sobre todo a rentarlas para obtener un rendimiento (38 por ciento de los compradores según el informe de NAR), como residencia de vacaciones que también alquilarían cuando no estuviera ocupada (32%) y exclusivamente como residencia de vacaciones (9%).