El número de inmigrantes muertos en el naufragio ocurrido el pasado jueves frente a la isla de Lampedusa se elevó hoy a 127, después de que los buzos de las fuerzas y cuerpos de seguridad italianas consiguieran recuperar otros 16 cadáveres, entre ellos el de una mujer.
Según fuentes de la Guardia Costera, los cuerpos son trasladados ahora en una motora hacia Lampedusa, donde se han colocado en un hangar los féretros de los otros 111 cadáveres recuperados hasta ahora, entre ellos cuatro niños, y en la que permanecen los 155 supervivientes a la espera de su traslado a Roma.
Tras el anuncio de la recuperación de los primeros diez cuerpos, las autoridades italianas informaron de que otros seis cuerpos habían sido rescatados de entre los restos del barco, que yace en el fondo del mar a más de cuarenta metros de profundidad y a media milla de distancia de Lampedusa.
Los testimonios de los 155 supervivientes indican que en el barco, que partió del norte de África en dirección a las costas europeas, viajaban 518 personas, por lo que bajo el agua puede haber más de doscientos cadáveres.
La recuperación de estos nuevos cuerpos se produjo tras reanudarse hoy las tareas de búsqueda submarina de las víctimas del naufragio, que fue preciso suspender durante dos días a causa de las malas condiciones meteorológicas y del mar.
El primer ministro italiano, Enrico Letta, anunció hoy que el miércoles el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, se desplazará hasta la isla para comprobar lo ocurrido, tras las diferencias sobre la responsabilidad de lo sucedido entre Bruselas y Roma.
La ministra de Integración italiana, Cécile Kyenge, de origen congoleño, visitó hoy a los inmigrantes alojados en el centro de primera acogida den Lampedusa, que se encuentra desbordado, y conoció sobre el terreno la situación de la isla tras el naufragio.
En una entrevista que publica hoy el diario milanés “Corriere della Sera”, Kyenge afirma que la ley sobre inmigración italiana no puede ser “punitiva” y anuncia su intención de elevar, en un primer momento, a 16.000, y luego a los 24.000, el número de camas en los centros de acogida de inmigrantes, que actualmente es de 8.000.
Agencias