«Esto es inadmisible en países que pretenden ser socios. Repudiamos la guerra cibernética», expresó en tono enérgico la mandataria brasileña, y urgió a Estados Unidos y sus aliados a «terminar con esas acciones»
La presidenta Dilma Rousseff condenó el presunto espionaje de Canadá al Ministerio de Minas y Energía brasileño, que aseguró confirma el motivo económico de esa práctica, y urgió a Estados Unidos y sus aliados a «terminar con esas acciones».
«La denuncia de que el Ministerio de Energía fue blanco del espionaje confirma las razones económicas y estratégicas detrás de estos hechos», dijo la gobernante en su cuenta de twitter.
Rousseff -que ya denunció la práctica ante la reciente 68 asamblea general de la ONU- dijo que el caso apunta a los intereses de Canadá en la minería brasileña, por lo que la cancillería exigirá explicaciones. «Esto es inadmisible en países que pretenden ser socios. Repudiamos la guerra cibernética», expresó.
«Es urgente que Estados Unidos y sus aliados terminen sus acciones de espionaje de una ver por todas», agregó Rousseff.
El canal de televisión Globo reveló el domingo una supuesta presentación de la Agencia Canadiense de Seguridad en las Comunicaciones (CSEC, por sus siglas en inglés) que muestra un esquema detallado de las comunicaciones del Ministerio de Minas y Energía de Brasil, incluidas llamadas telefónicas, correos electrónicos y navegación en internet.
Según Globo, el documento fue filtrado por el exanalista estadounidense Edward Snowden, quien lo obtuvo en una reunión de junio de 2012 entre analistas de las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, los ‘Five Eyes’ (cinco ojos), como se conoce este grupo, según el rotativo.
En los últimos meses, la prensa ha publicado documentos atribuidos a la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) sobre espionaje a las comunicaciones de Rousseff, de sus colaboradores cercanos y de millones de brasileños, así como de la gigante petrolera de control estatal Petrobras, en cuyas manos están las informaciones de los gigantes yacimientos descubiertos en aguas profundas de la costa de Brasil.
Rousseff denunció entonces que ese espionaje no era por razones de protección ante el terrorismo, como habría argumentado inicialmente Estados Unidos, sino económicas.
«Todo indica que los cinco gobiernos y las miles de empresas prestadoras de servicio pueden acceder a los datos de la NSA con amplio acceso», agregó Rousseff en su cuenta en la red social.
Mapeo de comunicaciones
Según la televisión brasileña, el programa canadiense de espionaje llamado Olympia, hizo un «mapeo» de las comunicaciones telefónicas y de los computadores del Ministerio. El objetivo era «descubrir contactos realizados con otros órganos, dentro y fuera de Brasil, además de Petrobras».
En el documento, que no revelan en qué período se realizó el espionaje, se muestra un registro de las llamadas desde el Ministerio de Minas y Energía brasileño a otros países, entre estas a la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) en Ecuador y a la embajada brasileña en Perú.
Las comunicaciones a países de Medio Oriente, Sudáfrica y hasta al propio Canadá fueron incluidas en el informe.
«El espionaje atenta contra la soberanía de las naciones y la privacidad de las personas y las empresas», agregó la presidenta.
La presentación canadiense también trae instrucciones sobre los próximos pasos de inteligencia a seguir en Brasil, que incluye la utilización de un grupo llamado TAO, descrito por Globo como la tropa de élite del espionaje estadounidense.
AFP