La Vinotino sale esta noche a jugarse su última carta en las eliminatorias suramericanas de cara al Mundial Brasil 2014
Con la mente fija en un desempeño acertado que culmine en la necesaria victoria, la selección venezolana de fútbol enfrentará hoy -4:30, San Cristóbal- a su similar de Paraguay. Es el último encuentro de los criollos, que si logran su objetivo deberán luego esperar los resultados de los partidos de Uruguay para ver si la mínima opción abre camino a un repechaje con Jordania, via al mundial Brasil 2014.
Mucho se ha comentado sobre las posibilidades. Pero, además, el partido será la última prueba para abrir el debate sobre lo que deja para el fútbol venezolano el ciclo del seleccionador César Farías. O el ciclo Farías I, como insinúan los comentarios federativos, según los cuales podría haber una renovación de contrato.
Hay, entonces, varias lecturas sobre la cita en Pueblo Nuevo. En primer lugar, el enfrentamiento en sí, con Venezuela más golpeada que nunca por las lesiones: Tomás Rincón, Salomón Rondón, César González y, en la semana, Luis Manuel Seijas, quien “solo podría jugar infiltrado”. Sin olvidar a Gabriel Cichero, descartado desde su lesión en cita previa.
Del lado paraguayo, Darío Verón y Cristian Riveros, este incorporado al elenco porque podria llegar para el encuentro del martes, pero ya fuera de consideración frente a la Vinotinto por “contractura en la cara exterior del muslo derecho”, según se informó oficialmente luego de participar en los inicios de la preparación.
De los venezolanos se espera toque, velocidad, utilización de las bandas y firmeza defensiva, buscando apelar a la sangre joven, a futbolistas de baja estatura caracterizados por su buen toque, gambeta y claridad de juego, amén de rapidez en los desplazamientos. Es el caso de Josef Martínez, Yohandry Orozco, Rómulo Otero y el defensa Roberto Rosales, fundamentales para el bloque ofensivo junto al capitán Juan Arango y el otro carrilero, Alexander González. A juzgar por los movimientos de ayer, Miku Fedor iría adelante con Josef Martínez, el guardameta Dani Hernández, junto a los centrales Oswaldo Vizcarrondo y Fernando Amorebieta y el volante de contención Franklin Lucena, conformarían el once inicial.
La principal expectativa es cómo se mueve el ataque. Como se juega desde atrás, se avanza en bloque y se generan situaciones de peligro. El grupo ha demostrado que puede hacerlo, y solo resta ver cómo lo consigue frente a la fuerte marcación paraguaya, basada en jugadores con oficio, que saben agruparse en el medio, atacar por las bandas y utilizar el contragolpe. El equilibrio defensa-ataque, la presión al perder la pelota y la precisión en las entregas, son indispensables para el objetivo de imponer su manera de hacer las cosas.
Sin embargo, “el contrario también juega”. A ver cómo se aplican los dispositivos tácticos para neutralizar el quehacer guaraní, que de entrada presenta dos complicaciones en Cardozo y Santa Cruz, delanteros curtidos que exigirán concentración y firmeza a los centrales criollos. La ausencia de Riveros será cubierta -como se anunció- por Sergio Aquino, quien estará en el centro de la cancha con Víctor Cáceres, flanqueados por Víctor Ayala y Edgar Benítez, de fácil desdoble para el ataque y delante de la línea de 4 defensas (Carlos Bonet, Paulo Da Silva, Gustavo Gómez y Junior Alonso). Justo Villar sería el arquero. El planteamiento táctico, han dicho sus técnicos, se flexibilizará de acuerdo al desarrollo.
Hasta ayer en la mañana se habían vendido unos 15.000 boletos, esperándose la afluencia de aficionados para el curso del día pues hoy, en medio de las medidas de seguridad, no abrirán las taquilla. Los organizadores esperaban 30.000 personas, aunque parecía difícil alcanzarlo.
El futuro
La incorporación de jóvenes que garanticen el relevo para el próximo ciclo, es uno de los aspectos positivos que se reconocen en la gestión de Farías. Pero hay muchas discrepancias en cuanto al nivel exhibido por la selección, irregular a lo largo de su discurrir en la eliminatoria. Para algunos, el establecimiento de un patrón de excesivas precacuciones ha resultado negativo porque limita la capacidad de jugadores con talento para tener más el balón y generar más fútbol. En ese aspecto destacan que los mejores desempeños han sido en aquellos encuentros donde esa capacidad ha tenido más soltura, como el caso del último frente a Perú.
Por eso, el juego de hoy puede dar -o confirmar- una medida en torno a la Vinotinto del próximo ciclo, cuando muchos de esos jóvenes serán la base del equipo, ya con un objetivo mediato como la próxima Copa América. Los comentarios del seleccionador, las individualidades que irán a la cancha, prometen un cuadro con intención de hacer fútbol. De mantener el equilibrio, claro, pero salir en busca de los goles, sin los pelotazos desde el arco que han llegado a ser la tónica en muchos partidos, para beneficio de los zagueros contrarios.
Presente y futuro, pues, estarán en esta despedida momentánea de la selección.
Armando Naranjo ////// donarmandonaranjo@gmail.com ///// @DonArmandoN