LIMA. Despeinado, sin corbata y sin anteojos, el ex presidente Alberto Fujimori, sentenciado por crímenes lesa humanidad y corrupción, asistió el jueves a la sesión inaugural de su quinto juicio el cual fue suspendido por los pedidos de su defensa para cambiar las magistradas que lo juzgan y por el aparente mal estado de salud del ex mandatario.
Fujimori, quien acumula una condena por crímenes contra los derechos humanos y otras tres por corrupción, es acusado por la fiscalía por el desvío de millonarios fondos públicos para financiar tabloides amarillistas que destruyeron la imagen de la oposición política y apoyaron su segunda reelección entre los años 1998 y 2000.
El ex mandatario de 75 años, con un mechón de cabellos cayéndole por la cara, vestido con camiseta blanca y suéter azul, ingresó arrastrando sus zapatos marrones de plantillas de goma hasta la silla de acusado donde tomó una pastilla y se midió la presión sanguínea con un tensiómetro apuntando los resultados en un pequeño cuaderno de hojas blancas.
Su imagen era opuesta a la de 2009 cuando fue sentenciado a 25 años de prisión por crímenes contra los derechos humanos, época en la que entraba a la sala de los tribunales con anteojos de medida, vestía elegantes ternos, vistosas corbatas, zapatos negros brillantes y un cuaderno para realizar apuntes.
La primera sesión duró menos de una hora en la que la defensa de Fujimori pidió que el ex mandatario sea juzgado por la Corte Suprema y no por la actual Cuarta Sala Penal Liquidadora, un pedido que para analistas consultados por la AP, no procede de acuerdo a las leyes peruanas.
Es el segundo pedido del abogado del ex mandatario, William Castillo, para remover a las juezas Aissa Mendoza, Abigail Colquicocha y Carolina Lizárraga. La última semana Castillo pidió cambiar a las juezas por supuesta parcialidad.
AP