La medida de presión se debe a las malas condiciones que sufre en los campos de trabajo
MOSCÚ. Una de las dos integrantes encarceladas del grupo punk ruso Pussy Riot, Nadejda Tolokonnikova, reanudó ayer su huelga de hambre al volver al campo de trabajo.
«Hoy Nadia reanudó su huelga de hambre, después de ser enviada a la colonia IK-14», anunció su esposo Piotr Verzilov, en un comunicado.
Nadejda Tolokonnikova ya observó una huelga de hambre en septiembre, durante ocho días, para protestar por sus condiciones de detención en ese mismo campo de trabajo, donde según dijo había sido reducida a una situación de casi «esclavitud». Al ser hospitalizada el 1º de octubre, puso fin a la huelga.
El servicio de aplicación de penas confirmó la información de su marido, indicando que Tolokonnikova «escribió el viernes una declaración en la que anunciaba que se negaba a alimentarse».
«Consideramos su regreso a la colonia como una clara degradación de su situación», añadió Verzilov en declaraciones a la radio «Echo» de Moscú. Según Verzilov, las autoridades penitenciarias habían prometido a sus abogados enviarla a otro centro. «Es una decisión política, una venganza», dijo el marido de la joven.
Tolokonnikova acusa al director adjunto del campo, Yuri Kuprianov, de haberla amenazado de muerte después de haber publicado una carta en la que denunciaba sus condiciones de detención.
Según ella, las prisioneras son sistemáticamente humilladas y obligadas a trabajar 16 ó 17 horas, viviendo con unas condiciones de higiene muy precarias. La carta despertó el recuerdo de los gulags soviéticos y provocó una fuerte polémica en Rusia sobre las condiciones en las cárceles del país.
Nadejda Tolokonnikova está purgando junto con otra joven integrante del gurpo una pena de reclusión de dos años, por haber cantado a comienzos de 2012 una «oración punk» contra el Presidente ruso Vladimir Putin en la catedral de Moscú.
AFP