El exBeatle, inmerso en la promoción de su último disco, «New», anunció la actuación en su cuenta de Twitter hacia las 11.00 GMT y apenas una hora después apareció sobre un escenario portátil instalado en una de las plazas más visitadas de la capital británica
El músico británico Paul McCartney ofreció ayer un concierto improvisado de veinte minutos en el céntrico Covent Garden de Londres ante cerca de 2.000 turistas y curiosos.
El exBeatle, inmerso en la promoción de su último disco, «New», anunció la actuación en su cuenta de Twitter hacia las 11.00 GMT y apenas una hora después apareció sobre un escenario portátil instalado en una de las plazas más visitadas de la capital británica.
«Vamos a tocar algunos temas de nuestro último álbum, así que quítense los auriculares», anunció McCartney, de 71 años, a una hora del día en la que los trabajadores del centro de Londres acostumbran a hacer un descanso para comer.
«Esto es un cambio respecto a los años 60, porque en aquella época estaríamos ahora mismo saliendo de las discotecas», bromeó el exBeatle, que tras tocar cinco canciones de «New» se despidió del público que se había congregado ante el escenario: «Muchas gracias. Muy bien, ahora vuelvan al trabajo», concluyó.
Poco después de la inesperada actuación, el músico firmó ejemplares de «New» en la tienda HMV de Oxford Street, donde algunos de sus seguidores del músico esperaban desde ayer por la noche en paciente fila.
McCartney repitió ayer en Londres la misma experiencia que ya había experimentado en Nueva York hace una semana, cuando ofreció en Times Square otro concierto sorpresa.
Ambas actuaciones guardan cierto paralelismo con el último concierto en vivo de los Beatles, en 1969, un recital improvisado en la azotea del edificio de la discográfica Apple Records, cerca de Covent Garden.
En aquella ocasión, la policía ordenó apagar los amplificadores y puso así final a las actuaciones en directo del cuarteto de Liverpool, que formaban junto a McCartney John Lennon, George Harrison y Ringo Starr.