Cuando trataron de robarle la camioneta, Vera Berríos se resistió al atraco y encontró la muerte
Eran las 3:30 pm del pasado domingo cuando el subcomisario se dirigía hacia su casa, ubicada en la calle 14 con avenida Los Abogados, a buscar algunos utensilios, pues se encontraba en una celebración en la casa de otro familiar. Vera Berríos llegó a la residencia en compañía de un amigo, Andy Omar Linares Rodríguez, de 34 años de edad, hijo de otro policía, se bajaron de la camioneta modelo Ford Runner color gris y dejaron el portón abierto. En cuestión de segundos, dos hombres abordaron a Vera y al amigo, pero el funcionario desenfundó su arma de reglamento, le disparó a los delincuentes y comenzó el tiroteo.
Vera y Linares quedaron heridos durante el enfrentamiento. El subcomisario logró matar a uno de los ladrones. El otro escapó con el arma de reglamento del oficial, al parecer en un vehículo que lo esperaba afuera. Vera Berríos recibió seis heridas de balas: tres en la cabeza, una en la oreja izquierda y dos en el pecho.
El subcomisario y su amigo fueron trasladados de inmediato hasta la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, pero ingresaron sin signos vitales.
El delincuente muerto en el enfrentamiento, Elier Jesús Salcedo Barradas, tenía dos meses de haber salido en libertad de la cárcel de Uribana gracias al beneficio otorgado por el plan Cayapa Judicial, realizado hace varios meses desde el Museo de Barquisimeto.
Su cuerpo quedó dentro de la residencia de Vera Berríos.
Hasta el momento las autoridades oficiales manejan el móvil de resistencia al robo, sin embargo, no se descartan otras hipótesis como el sicariato. Serán los investigadores del Cicpc quienes esclarezcan el caso.
Larga trayectoria
José Gregorio Vera Berríos, de 49 años de edad, tenía una impecable trayectoria dentro de Polilara: contaba con 30 años de servicio, se inició en la Policía Metropolitana y en 1992 pasó a las filas del estado. Dejó 3 hijos, entre ellos uno de 3 años de edad.
La familia no quiso hablar del hecho, mientras sus compañeros manifestaban el pesar por la pérdida. Sus amigos y subalternos mostraron su tristeza y algunos lloraron, pues Vera Berríos gozaba del afecto y estima de todos por considerar que era un oficial que creció en las filas de Polilara con miras a alcanzar el mayor puesto posible.
Se le consideraba como el posible sustituto del comisario Luís Rodríguez cuando este pasara a retiro.
Luís Rodríguez, comandante de la Policía de Lara, manifestó su dolor por la muerte del segundo al mando. Informó que ya se encuentran en la búsqueda del otro delincuente.
La prefecto de Iribarren, Mileyba Galavis, recordó que era un hombre que defendía los derechos de sus compañeros y amigo de la justicia
El gobernador Henri Falcón expresó su pesar y mostró solidaridad con los familiares del fallecido. Hizo un llamado al Ministerio Público para que investigue las verdaderas causas del hecho.“La delincuencia no ve ni color político, ni posición social, el tema de la violencia cada vez se hace más crítico”, señaló.
Nadie se salva
El caso del subcomisario larense se une a la lista de ataques sufridos por otros jefes policiales o militares en todo el país durante las últimas semanas. El 20 de octubre, el coronel de la Guardia Nacional Bolivariana, Sabino Vigil Romero, jefe del Grupo de Tareas Antidrogas de Delta Amacuro, fue golpeado por hombres que ingresaron a su vivienda mientras él se encontraba solo. El oficial participó en las averiguaciones sobre el secuestro de Simplicio Hernández, papá de la gobernadora de esa entidad.
La noche anterior al ataque, la esposa e hijos del coronel salieron de la ciudad.
El miércoles 4 de septiembre fue asesinado, en el sector Alta Vista de Puerto Ordaz, el jefe de la Brigada de Respuesta Inmediata de la policía judicial en Bolívar, inspector jefe Cristóbal Díaz.
La víctima, de 43 años de edad, fue interceptada por personas que intentaban robarle una camioneta Hyundai Tucson azul, justo cuando llegaba a la vivienda de un tío, cerca del liceo Alta Vista Sur, a las 7:00 am.
Díaz recibió 3 disparos. Los atacantes huyeron en un automóvil negro, sin llevarse la camioneta. Tenía 15 años de servicio en la institución.