Gobierno estadounidense afirmó que el tribunal militar de excepción no era el ámbito apropiado para dirimir si se aplicaba o no la Convención contra la Tortura
La defensa de cinco acusados por los atentados del 11 de septiembre de 2001 invocó el martes la Convención Internacional contra la Tortura al iniciarse una nueva serie de audiencias en Guantánamo para abordar los malos tratos que habrían sufrido durante su detención secreta.
Pero el fondo del problema –los episodios de casi ahogamiento (el llamado ‘submarino’) y las privaciones de sueño que los acusados habrían sufrido en las prisiones de la CIA– serán abordados a puerta cerrada, al tratarse de informaciones clasificadas, como ordenó el juez a cargo, James Pohl.
El autoproclamado cerebro de los atentados, Jaled Cheij Mohamed, vestido con una larga túnica blanca y el tradicional kufi, lucía como siempre una espesa barba naranja teñida.
Junto a los otros cuatro acusados, escuchó en silencio a los abogados defensores exigir que declaren expertos internacionales, entre ellos el antiguo relator especial de la ONU a cargo de la tortura, para invocar la «Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes», firmado por la Organización de Naciones Unidas.
El gobierno estadounidense dijo que se opondría a esos testimonios, afirmando que el tribunal militar de excepción no era el ámbito apropiado para dirimir si se aplicaba o no la Convención contra la Tortura.
AFP