La medida, que no es vinculante, es una represalia ante el espionaje de la NSA en Europa
MADRID. El Parlamento Europeo ha elevado la voz para pedir que la Unión Europea se muestre más enérgica frente al espionaje masivo estadounidense. La Eurocámara ha aprobado una resolución que pide suspender el acuerdo de intercambio de datos bancarios, por el que la UE da acceso a la Administración estadounidense a la información de millones de transferencias bancarias en el marco de la lucha contra el terrorismo. Aunque el texto no es vinculante, la Comisión está obligada a estudiar el caso.
El voto constituye una muestra clara del enfado que generan en Bruselas las evasivas de Washington por los casos de espionaje. Aunque el Parlamento Europeo no tiene capacidad para suspender el acuerdo, el gesto consigue poner sobre la mesa un elemento clave en las relaciones transatlánticas: la lucha antiterrorista. Y advierte a Estados Unidos del riesgo de que la Unión Europea pueda decidir cerrar ese canal. Las revelaciones del caso Snowden han situado este instrumento como una de las vías por las que Estados Unidos ha espiado a ciudadanos europeos, con fines distintos a los de la lucha contra el terrorismo.
La hipótesis no es descabellada. El caso Swift, nombre de la empresa belga que gestiona millones de transferencias bancarias al día y permite acceder a esos datos a la Administración estadounidense, está asociado a la controversia en Bruselas. En 2006 se descubrió que la CIA accedía de forma secreta a esa información —tras los atentados del 11-S y la obsesión por seguir el rastro a los capitales destinados a financiar el terrorismo— y toda la UE exigió explicaciones a Washington. Tras varios enfrentamientos, los dos bloques acordaron un marco de intercambios seguros que tampoco satisfizo del todo. Pero las revelaciones del caso Snowden han levantado de nuevo las sospechas sobre un supuesto uso ilegítimo de datos personales de europeos, también en el caso de las transferencias financieras.
Agencias