Al menos seis personas han muerto por los combates que estallaron el lunes pasado entre partidarios y adversarios del presidente sirio, Bachar al Asad, en la ciudad libanesa de Trípoli, informó la Agencia Nacional de Noticias del Líbano (ANN).
Otras 35 personas han resultado heridas en esa ciudad del norte del país, donde se enfrentan los vecinos de los barrios de Bab el Tebbane, de mayoría suní, y de Yabal Mohsen, de predominio alauí, secta derivada del chiísmo a la que pertenece la familia del mandatario sirio.
Entre los fallecidos de este jueves están un comerciante que fue alcanzado por el disparo de un francotirador y un responsable del Partido Árabe Democrático (alauí), Basam Abdala, que murió en el hospital por las heridas sufridas, según medios locales.
Los francotiradores continúan activos, a pesar de los intentos del ejército para frenar los choques, que han paralizado parte de Trípoli.
Situación «intolerable»
Tras mantener una reunión de seguridad presidida por el presidente libanés, Michel Suleiman, el primer ministro saliente, Nayib Mikati, consideró que la situación en esa ciudad, la segunda del país, «es intolerable» y anunció la adopción de nuevas medidas para intentar restablecer la calma.
Trípoli se ha convertido en uno de los focos de mayor violencia entre partidarios y detractores del presidente sirio y es escenario frecuente de combates entre miembros de las comunidades suní y alauí desde que comenzó el conflicto en Siria, en marzo de 2011.