El presidente de EE.UU., Barack Obama, insistió hoy en que la reforma migratoria debe aprobarse este mismo año, porque es algo «bueno para la economía, bueno para la seguridad nacional».
«Es el momento de hacerlo», es necesario «arreglar nuestro roto sistema de inmigración», enfatizó Obama durante una comparecencia en la Casa Blanca.
El Senado, bajo control demócrata, aprobó su propuesta para una reforma migratoria el pasado junio, pero desde entonces la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, no ha logrado alcanzar un acuerdo bipartidista y las negociaciones están estancadas.
Obama, acompañado de su vicepresidente, Joseph Biden, recordó este jueves que los demócratas de la Cámara baja ya presentaron su propia propuesta y «ahora les toca a los republicanos decidir si la reforma se convierte o no en una realidad».
El presidente indicó que si los republicanos tienen nuevas o adicionales ideas para sacar adelante la reforma, él está dispuesto a escucharlas.
«No esperemos. No será más fácil si lo aplazamos», subrayó Obama al llamar a «no esconder bajo la alfombra una vez más» los problemas que tiene el sistema de inmigración de EE.UU.
El proyecto de reforma aprobado por el Senado establece millonarias inversiones para mejorar la seguridad fronteriza, abre una vía a la ciudadanía para 11 millones de indocumentados y, como resaltó Obama, haría crecer la economía en 1,4 billones de dólares durante los próximos 20 años.
«Si hay una razón para no aprobar esta reforma de sentido común todavía no la he escuchado», aseguró el mandatario.
Durante su comparecencia en la Sala Este de la Casa Blanca, Obama estuvo arropado por líderes del sector empresarial, sindicales y de comunidades de fe que llevan años trabajando en favor de la reforma migratoria.
La semana pasada, nada más resolverse la disputa presupuestaria que mantuvo paralizada la Administración federal durante más de dos semanas por falta de fondos, Obama pidió al Congreso que centre su atención en la reforma migratoria.
Esa reforma quedó en un segundo plano en la agenda de los legisladores en los últimos meses debido a la crisis siria y los desacuerdos presupuestarios.
EFE