Un medicamento experimental contra la hepatitis C de Johnson & Johnson ha ganado apoyo unánime de los asesores del gobierno, quienes opinan que el fármaco debe aprobarse para tratar a pacientes infectados con el virus que destruye el hígado.
Los 19 integrantes del panel de expertos en virus de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) votaron a favor de aprobar el simeprevir, una píldora diaria creada para eliminar la forma más común de hepatitis C.
La FDA no está obligada a seguir las recomendaciones del grupo, aunque frecuentemente lo hace. Se espera una decisión sobre el medicamento para el próximo mes.
Unas 3,2 millones de personas en Estados Unidos tienen hepatitis C, una enfermedad que se transmite por la sangre, que afecta el hígado y se le atribuyen unas 15.000 muertes al año. J&J es una de media docena de laboratorios que tratan de desarrollar tratamientos más efectivos contra el virus en momentos que amenaza en convertirse en una epidemia entre los adultos mayores y estadounidenses de mediana edad.
«Claramente necesitamos mejores medicamentos y la evidencia es fuerte de que éste es un mejor fármaco», dijo el panelista Curt Hagedorn, médico del Servicio de Salud de Veteranos del Arkansas.
J&J, con oficinas centrales en New Brunswick, Nueva Jersey, busca la aprobación para combinar su píldora con el coctel de medicamentos que se usa desde hace mucho tiempo para tratar la forma más común del virus.
A pesar de la votación unánime del jueves, el respaldo del panel tiene varias condiciones.
Los panelistas señalaron que el medicamento es menos efectivo en pacientes con una mutación genética común denominada Q80K y que las personas con esa anormalidad deben ser examinadas para determinarse si pueden recibir otras medicinas. El grupo también dijo que la etiqueta debe advertir a los pacientes y médicos que la propensión a las quemaduras por sol son un efecto secundario común.
Finalmente, los expertos pidieron a la empresa realizar estudios adicionales sobre la efectividad de los fármacos entre minorías, especialmente los afroamericanos, que son afectados por la enfermedad desproporcionadamente.
AP