Es un tema recurrente en las películas: la pérdida de memoria por un golpe en la cabeza se puede recuperar con otro golpe en la cabeza. ¿Pero, es así en la vida real?
Cuando a Kermit o la Rana René (Rana Gustavo, en España) lo golpeó un taxi, no podía reconocer a sus amigos y ni siquiera recordaba su propio nombre. Y cuando, todavía sufriendo de amnesia, se burló de la idea de que un cerdo y una rana que se enamoren, la cerdita Piggy (Peggy) le pegó un puñetazo. Gracias a ese segundo golpe, recuperó la memoria.
El recurso argumental del segundo golpe en la cabeza que le hace revertir la amnesia causada por el primero está lejos de ser exclusivo de «Los Muppets se toman Manhattan». También fue empleado en El Gordo y el Flaco y Tarzán el Tigre, entre otros.
No estoy sugiriendo que debamos ver Los Muppets para tener una imagen precisa del impacto de las enfermedades neurológicas, pero es una idea que mucha gente cree que es realista.
En un estudio llevado a cabo en Estados Unidos en 2004, casi el 42% de los encuestados estaba de acuerdo con esta afirmación: «En ocasiones un segundo golpe en la cabeza puede ayudar a la persona a recordar cosas que había olvidado».
Al otro lado del Atlántico, en Reino Unido, el 26% de los encuestados estaban de acuerdo con esa frase. Pero aunque sea útil para los guionistas, en realidad es un mito. Un tercio de las personas que sufren daños cerebrales sólo pueden recordar algunas cosas.
Los síntomas pueden durar desde minutos hasta meses. Pueden estar confundidos, creer erróneamente que están en el trabajo, que llegan tarde a una cita e incluso que están encarcelados.
La amnesia en la vida real no es como la pintan en las películas donde vemos a los personajes que se despiertan de un coma y han olvidado todo su pasado. Esto puede suceder, pero es extraño. Los casos así así como los más comunes, en los que los individuos sufren una pérdida parcial de memoria, se llaman amnesia retrógrada.
Todavía más común es la amnesia anterógrada, que significa que los afectados tienen dificultades para guardar en la memoria a largo plazo las cosas que pasan tras el accidente. Eso es lo que le pasó a HM, el caso de estudio más famoso en la historia de la investigación de la memoria, pero él todavía sabía quién era y dónde había crecido.
Golpes en el deporte
Sea cual sea el tipo de amnesia que tiene una persona después de una lesión cerebral, un segundo golpe en la cabeza no va a reparar el daño inicial. Desgraciadamente, no es como golpear un televisor para que vuelva a funcionar. Sin embargo, es cierto que quienes sufren un daño cerebral traumático son estadísticamente más propensos a tener un segundo golpe.
El equilibrio y la atención de una persona pueden verse afectados por el accidente inicial, lo que hace que un segundo incidente de esa naturaleza sea más probable. En otros casos, por supuesto, se trata del simple hecho de que los sujetos continúan haciendo deportes de alto riesgo o trabajos peligrosos, lo que les hace más propensos que otras personas a tener otra lesión de ese tipo.
Un segundo golpe en la cabeza no sólo no neutraliza los síntomas del primero sino que, por el contrario, puede dejar al cerebro más vulnerable e incrementar la probabilidad de que la lesión sea fatal. Esto se conoce como síndrome del segundo impacto, pero está basado en un pequeño número de casos en el que el diagnóstico es controvertido.
Segundas lesiones
Se han dado algunos casos aislados de jóvenes que vuelven a jugar tras recuperarse de una conmoción cerebral, se golpean en la cabeza por segunda vez y mueren repentinamente.
Esos incidentes modelaron las reglas de la liga de fútbol americano (NFL, por sus siglas en inglés) sobre el tiempo que un jugador debe estar alejado de los campos tras recibir un golpe en el que perdieron la conciencia antes de jugar de nuevo.
No obstante hay quienes creen que el síndrome del segundo impacto es un mito, como el neurólogo, Paul McCrory de la Universidad de Melbourne.
No duda de la seriedad de la situación, pero cuestiona la evidencia de conectar esas muertes a las lesiones iniciales. Por el contrario, piensa que las muertes repentinas están causadas por una inflamación en el cerebro debido sólo a la segunda lesión.
Pero sin importar quién tiene la razón en ese punto, lo que está claro es que las segundas lesiones no ayudan con la amnesia. Pero hay una enfermedad que puede explicar de dónde viene la creencia popular de que un segundo accidente puede hacer que las memorias resurjan.
Los pacientes que tienen una enfermedad rara y poco conocida denominada estado de fuga o fuga disociativa pueden olvidar todo sobre sus vidas, incluso su propio nombre, después de un evento extremadamente traumático. En ocasiones, los individuos con esa condición aparecen en una nueva ciudad sin tener ni idea de quiénes son. Finalmente su memoria vuelve y no se entiende exactamente por qué.
Después, sus recuerdos del tiempo en el que no tenían memoria permanece borroso. Esto encaja mejor con el patrón que suele verse en las películas y puede explicar el origen del mito; pero ni la pérdida de memoria inicial ni la recuperación son causadas por un golpe en la cabeza.
Así que mientras que el potencial dramático de la pérdida total de memoria entre dos accidentes no está en duda, la base científica sí lo está.
BBC Mundo