Graziella Mazzone, hija de Jean Carlos Simancas y Dora Mazzone, es la protagonista de un estrujante espectáculo sobre las crisis de la juventud contemporánea
El ingreso de Vladimir Vera al Rajatabla como director artístico fue una “bomba” teatral, porque desde la muerte de Carlos Giménez (1993) la institución tenía vacante ese cargo, el cual era exclusividad del “capo”. Ahora William López, presidente de la agrupación, se atrevió a tomar tal decisión, aunque recibió protestas internas y externas también, además de las tradicionales voces agoreras.
La primera prueba de fuego para el director Vera fueron los ensayos y la exitosa primera temporada con la obra “La piel en llamas”, del catalán Guillem Clua. Pero su trabajo como puestista creativo, además de la docencia que ejerce en el Taller Nacional de Teatro, del mismo Rajatabla, no cesa y es por eso que ahora presenta, en la sala María Teresa Castillo del Ateneo de Caracas, el espectáculo “Bob” de Daniel MacIvor, con la joven actriz Graziella Mazzone, desde el sábado 26 de octubre y las funciones se harán los días sábados a las 7pm y los domingos a las 6pm.
Balance
Al hacer un primer balance sobre su trabajo, asegura Vera que Rajatabla es un nombre que está forjado en el imaginario cultural venezolano. “Dirigir los espectáculos del grupo, luego de largos 42 años de historia mundial, es para cualquier creador un inmenso honor. Pero no podemos dormirnos. Rajatabla nació como sinónimo de vanguardia y es eso lo que esperamos lograr. Mostrar espectáculos fuertes, que no mantengan al espectador indiferente y buscar una confrontación. Ya dijo en su momento el maestro Peter Brook: “Una obra es un choque de los opuestos. En teatro, esto es armonía y la comodidad, discordia”. He aquí la que para mí es nuestra primera y mayor falla y nuestro más imperdonable pecado. Es por eso que mi balance y mi proyección con Rajatabla es hacer y buscar un riesgo constante en la creación escénica. Tenemos mucho que comunicar como venezolanos, como latinoamericanos. Si olvidamos las letras y el lenguaje desfasado al que cómodamente nos hemos habituado, en favor de un propio y nuevo lenguaje comenzaremos a adelantar camino.
Con respecto al montaje de “Bob”, explica que fue asistente de dirección hace diez años del director canadiense Len Whalen. “Él me habló de la dramaturgia de Daniel MacIvor y me contactó directamente con él. Conocí su obra “Bob” e hice una traducción con su permiso. Trate de montar la pieza en el año 2006 en Caracas, pero no era su momento. En el 2008, cuando vivía en Barcelona, conocí a la actriz catalana Alba Yáñez. Le hablé del proyecto y comenzamos los ensayos. En el equipo creativo contaba con la bailarina finlandesa Riikaa Laakso, la vestuarista venezolana Fedora Freites, el diseñador lumínico chileno Valentín Atias y las productoras brasileñas Duda Farias y Ludimila Fraga. Todo eso generó un espacio creativo donde la multiculturalidad era protagonista. La obra se estrenó en el teatro alternativo Nau Ivanow y contó con gran afluencia de público. Dada esa situación, “Bob” fue nominada a los premios Tespo, otorgados por la Unión de Actores de Barcelona, donde nos otorgaron los premios como mejor actriz (Alba Yáñez) y mejor vestuario (Fedora Freites) en el 2009”.
Teatro juvenil
Su montaje venezolano tiene algunas variantes. “Hay música en vivo (realizada por Juan Sebastián Blanco). La bailarina se mantiene, está vez lo asume la actriz Amneris Ramírez. El vestuario cambia; ya no es un diseño original, sino una asesoría de parte de Fedora Freites. La piel protagónica del personaje principal la asume la joven Graziella, hija de los actores Jean Carlos Simancas y Dora Mazzone. La producción es de Adriana Bustamante y la producción ejecutiva de William López. La obra es como una «road movie» teatral. Es una obra de carretera que retrata el espíritu juvenil”.
Con respecto a la actriz protagónica, el director comenta que el personaje es muy cercano a su realidad. “Graziella es una actriz con talento excepcional. Su corta edad, 22 años, no limita el potencial inmenso que detenta. Ha participado en distintas obras y confié de manera ciega en ella para asumir este monólogo. Tiene un talento natural, heredado de sus padres”
Con respecto al montaje caraqueño de “Bob”, puntualiza que se trata de una experimentación. “El teatro nace de allí, del experimento. Hay una cita de Sábato que es muy cercana a la obra: “Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil”. Y esa es “Bob”, una flor en el medio del desierto. Este es un espectáculo que triunfó en el off-Broadway neoyorquino y que cuando lo dirigí en España, tuvo gran afluencia de público. Es dramaturgia contemporánea de un autor hasta ahora desconocido en el país, por lo que me interesa mostrarlo. Creo que como creadores teatrales es un aporte necesario demostrar que no estamos solos en el panorama artístico universal. Que hay nuevas tendencias, nuevas dramaturgias. Quizás es utópico, pero creo que el contacto con estas dramaturgias puedan germinar en creaciones vanguardistas que renueven la escena nacional. Es nuestra responsabilidad como creadores, abrir una brecha para las nuevas generaciones, y dar a conocer estos nuevos derroteros creativos, lo considero como una responsabilidad estética. Hay una nueva generación de creadores en estado de lactancia y con los que tenemos la responsabilidad de la formación.
Viaje al imaginario
“Bob”, y lo subraya, es un viaje al imaginario de la juventud. “Esta obra es una muestra de lo que significó la generación X, aunque aún es un texto muy actual. La obra abarca temáticas como la violencia, la sexualidad; que ha sido parte de la búsqueda de la agrupación Teatro Forte: hablar sin tabúes. Ahora este viaje lo hacemos de la mano de Rajatabla, que coproduce este montaje de mi Teatro Forte”.
Vera informa que por delante le quedan nuevas temporadas de «Bob» y de «La piel en llamas». Así como el montaje que celebrará los 43 años de la Fundación Rajatabla: «Madame de Sade» de Yukio Mishima, en el 2014.
Roberta
“Bob” (See Bob Run), de 1989, es una de las más representativas obras de la dramaturgia canadiense underground, cuyo principal exponente es Daniel MacIvor (23 de julio de 1962). Graziella Mazzone es la encargada de retomar la piel de Roberta, conocida por sus amigas como “Bob”, una chica que hace auto-stop en busca del mar y de su padre, mientras narra una historia llena de altibajos sentimentales, violencia e incesto, los cuales la llevarán al más extremo desenlace. Michelle Álvarez es la asistente de dirección
EL ESPECTADOR
Edgard Antonio Moreno Uribe
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