Extraoficialmente se maneja que el homicida de Víctor Eduardo Izaguirre, de 27 años, en San José de Carapita, fue identificado como «El Jefferson»
Víctor Eduardo Izaguirre Bermúdez, de 27 años, inspector jefe la Policía Nacional Bolivariana y exfuncionario de la PM, fue ultimado la madrugada de ayer, cuando acudió al sector La Ventanita, en San José de Carapita, para atender un supuesto llamado de la comunidad respecto a la presencia de delincuentes armados entre los callejones.
Por la forma en que sucedió el crimen se presume que los oficiales fueron presa de una trampa. La llamada la recibieron a través del servicio telefónico del Plan de Patrullaje Inteligente que divide el sector en cuadrantes para los cuales hay asignado un número determinado de uniformados.
Uno cinco funcionarios se trasladaron al lugar para verificar la situación, cuatro de ellos avanzaron calle arriba pero de último iba el oficial Izaguirre. Los delincuentes estaban escondidos en el recorrido y uno de ellos que lo sorprendió de frente le dio un disparo en el rostro.
Los antisociales huyeron, mientras que el oficial quedó en el lugar. Sus compañeros lo auxiliaron para llevarlo al hospital Pérez Carreño pero murió. Extraoficialmente se maneja que el homicida fue identificado como «Jefferson».
Compañeros del funcionario que acudieron ayer a la morgue de Caracas creen que Izaguirre y el resto de los uniformados fueron víctima de una emboscada. Presumen que los hicieron ir hasta el sitio para asesinarlo porque aparentemente los estaban esperando.
Víctor Bermúdez fue funcionario de la PM y en la PNB tenía cinco años de servicio. Vivía en su natal estado Vargas con familia, su esposa y su hijo de 2 años de edad. Estaba residenciado en el barrio Las Ánimas de Maiquetía.
«Me duele mucho»…
Su tío, William García, ex funcionario policial, jubilado con 27 años de servicio dijo sentirse consternado ante el crimen porque además de un «buen muchacho», Izaguirre era «un excelente efectivo», indicó.
García mostró su malestar por la falta de apoyo entre funcionarios, así como la indiferencia de la justicia por un hecho de esta naturaleza. «Me duele mucho. Yo fui funcionario y para nosotros no existen Derechos Humanos, pero tenemos familia. Ahora mi sobrino está muerto. Quién lo defiende el?. Cae un hampón muerto y ahí sale la familia a hablar de su derechos», expresó.
Con el crimen del oficial son 71 funcionarios asesinados este año en la Gran Caracas.