“La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia”
Sócrates…
La actual crisis económica que atraviesa Venezuela, y el excesivo uso de la palabra revolución, cuando en 15 años no se pasó por un cambio brusco, y radical en el más sencillo de los términos sociológicos. Hasta este año 2013, el gobierno bolivariano no ha provocado mayores cambios en Venezuela en el campo socioeconómico.
Hubo un crecimiento económico desde el año 2003 según expertos en la materia económica. Los progresos logrados en esos períodos fueron para enfrentar, de buena manera, los problemas de la crisis financiera mundial de esa época.
Sin embargo, la Venezuela bolivariana con Nicolás Maduro Moros presenta una serie de tareas en las que no se muestran avances como en el caso del crecimiento económico. Muchos aspectos son los relacionados con la mejora sustancial de la competitividad, la reducción de la pobreza, y la reducción de la desigualdad, ya que sigue presentando los más altos índices de desigualdad.
El Presidente Chávez atacó en su mandato, y en la mayor parte de su ejercicio, los fundamentos de la aún persistente estructura económica. Y sus modelos de gestión pública que fueron rediseñados, la mayoría de ellos, por reformas impulsadas en nuestro país por los organismos financieros internacionales durante la IV República. Chávez hizo un trabajo político muy importante para desmontar lo que consideraba era el modelo neoliberal que prevaleció en los años 90, y continua aun desde 1999. Sin embargo, la revolución bolivariana continua sin ningún modelo viable, cuando se continua con el modelo agropecuario de puertos, y se importa hasta el papel tóale, algo nunca visto en este país. Lo que existe es un anacronismo ideológico repetitivo y politiquero, mientras la inflación hunde a la economía venezolana. No veo que se esté haciendo un trabajo proactivo, y estructurado sobre una reforma importante para reflotar la maltrecha economía.
Hasta ahora seguimos montados en ese putrefacto refrito del Socialismo del siglo XX , que fracasó en la URSS, y en toda la Europa Oriental, tenemos que reinventar el país tomando en cuenta la actual realidad económica, política, social y cultural. No se ha logrado entender que para sustentar ambiciones geopolíticas en la región se necesita de una gran maquinaria económica que las respalde. Si no, sólo se trata de simples proyectos utópicos.
Cuba su economía es realmente insignificante, este país están política, y económicamente a la sombra de Venezuela; en el momento en que Venezuela agudice su crisis se hundirá sin remedio, en cambio Ecuador y Bolivia se han despegado de esa anacrónica verborrea revolucionaria, y sus economías están en franco crecimiento.
Economías fuertes de la región como las de Brasil, México, Argentina, y Chile. Donde Venezuela, está muy rezagada económicamente en relación con esos países con un mayor dinamismo en nuestra región.
La economía Venezolana depende de su petróleo, ya esto no es viable. Si no industrializamos a gran escala en momentos cuando, el país entra en graves dificultades para hacerle frente a los problemas económicos internos causadas por la improductividad, que es lo que genera la escasez, la especulación y la inflación.
La situación se revela con mucha claridad cuando revisamos el desempeño económico en rubros como la agricultura. Situación similar cuando se analiza el desempeño de sectores como la industria manufacturera, y la de los valores agregados de las inversiones en la generación de electricidad.
La revolución bolivariana con estos indicadores, lamentablemente no va hacia ningún lado; y no es precisamente porque no exista la voluntad de convertirse en un país socialista. No es por falta de ganas, ya que tuvo el liderazgo político del presidente Chávez. El problema es que nos estamos estrellando en el muro de la realidad económica, que a pesar de ser un país petrolero, somos observados como un país sin mayor trascendencia regional en términos económicos.
La propuesta filosófica de la revolución bolivariana no resiste el riguroso análisis de la lógica. ¿Por qué este proyecto socialista no es acogido al pie de la letra por: Brasil y Argentina y el Ecuador? La respuesta es muy sencilla. Porque el modelo socialista iniciado por el presidente Hugo Chávez no pudo hacer de Venezuela una economía líder de la región. El buen sentido nos dice que cualquier propuesta política de esta clase, que se quiera elevar, como modelo de gestión debe estar sustentado con resultados. En esto la revolución bolivariana esta fallando, y es muy duro el decirlo, pero aunque duela hay que expresarlo, seguir creando esperpentos burocráticos como el vice ministerio de la felicidad, se seguirá hundiendo en improductividad a la economía venezolana.
La base económica es el fundamento de las revoluciones. Si no miremos lo que pasó con el imperio soviético. Sus problemas económicos los llevaron al derrumbe. Todo proceso revolucionario tiene que pasar por el desarrollo económico sino la revolución se convierte en pura demagogia y corrupción.
Las cifras están hablan do por sí solas. No hay más ciego que el que no quiere ver. ¿En dónde está la revolución, el cambio, cuando la corrupción es la misma que había en Venezuela en los tiempos de los gobiernos neoliberales de la IV República? La revolución bolivariana necesita de un programa serio de despegue económico, y desarrollo industrial.
Industrializar el agro, la manufactura, y agilizar los procedimientos administrativos para darle soltura, y solvencia a la economía. El proceso socialista bolivariano está caminando justamente en el sentido contrario. Lo que se está haciendo hasta ahora es una involución revolucionaria al aumentar el burocratismo parasitario.
Edgar Perdomo Arzola @percasita | Publicado en Aporrea.org