El «modus operandi» de la organización consistía en contactar con el progenitor al que no le había sido concedida la custodia del menor, tras lo que organizaban el secuestro
ROMA. Los Carabineros italianos (policía militarizada) han desmantelado una organización internacional que supuestamente organizaba el secuestro de niños menores de edad objeto de disputa entre sus padres por la custodia, según informaron ayer fuentes policiales.
En el marco de la operación fueron arrestadas cuatro personas, mientras se han emitido otras tres órdenes de detención para personas que se encuentran fuera del país, bajo las acusaciones de trata de personas, secuestro y retención de menores en el extranjero.
En la trama supuestamente también está implicada la exatleta Larysa Moskalenko, nacida en Ucrania y que obtuvo una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988, actualmente afincada en la ciudad siciliana de Palermo, donde gestionaba una agencia para el alquiler de embarcaciones marítimas, que habrían servido para el traslado de los niños secuestrados.
Según los investigadores, en el centro de la trama se encuentra la sociedad Abp World Group, con sede en Málaga (España) y que pertenece a un ciudadano noruego, Martin Waage, un exmilitar que reclutó para su organización a veteranos de los cuerpos especiales de las fuerzas armadas de diferentes países para llevar a cabo los secuestros.
La empresa se presentaba como una asociación de investigadores destinada a encontrar a niños desaparecidos pero que, según los encargados del caso, utilizaba métodos ilegales para lograr sus fines.
«Modus operandi»
El «modus operandi» de la organización consistía en contactar con el progenitor al que no le había sido concedida la custodia del menor, tras lo que organizaban el secuestro.
Uno de los casos de los que ha informado la policía se remonta a 2012, cuando los investigadores se llevaron a un niño de la localidad de Port el Kantoui, en Túnez, a Palermo para después entregárselo al padre, que se encontraba en Noruega.
Asimismo, se tiene constancia de otros cuatro casos de secuestro en el Líbano, Chipre, Egipto y Ucrania. La investigación que ha llevado al desmantelamiento de esta red internacional, que contaba con ramificaciones en diferentes países, se inició tras el incendio de un hotel en la localidad siciliana de Cinisi que tuvo lugar a finales de mayo pasado.
Gracias a una serie de escuchas policiales realizadas en el marco de las pesquisas por el incendio, y en especial a Moskalenko, que era la compañera sentimental del propietario del hotel, los investigadores pudieron reconstruir los movimientos de la organización.
La escucha que despertó las sospechas de los investigadores fue una conversación en la que Moskalenko explicaba a una amiga: «Nos han robado a un niño pero lo hemos devuelto, con mis barcas, ¿entiendes?».
Moskalenko, además de proporcionar el transporte por vía marítima, también intentó conseguir armas gracias al contacto de un excoronel del KGB, y además se encargaba de la compra de somníferos para los secuestrados, así como de la organización de diferentes actos para dar cobertura a los responsables de llevarlos a cabo.
Agencias