Está en marcha el proceso de repliegue de las tropas internacionales, que debe concluir en 2014 si se cumplen los plazos previstos
KABUL. Al menos cuatro niños murieron y un quinto resultó herido, todos ellos de una misma familia, al estallar un mortero con el que jugaban y que habían trasladado a su casa en el este de Afganistán, informó ayer el medio afgano Khaama Press.
La explosión se produjo ayer en el distrito de Syeddabad, según afirmó el portavoz del gobernador provincial Ataulá Khogyani, quien señaló además que el menor herido fue traslado a un hospital de la organización humanitaria Comité Internacional de Rescate.
En el territorio afgano continúa habiendo miles de artefactos explosivos diseminados, una consecuencia de las tres décadas de guerra que sufre el país. Además en la actualidad, el recurso a minas y artefactos explosivos siguen siendo una de las tácticas más utilizadas por los talibanes en su lucha por expulsar a las fuerzas internacionales de Afganistán y regresar al poder, del que fueron expulsados en 2001.
Llamado
Sin embargo, desde el Centro de Coordinación de Acción contra las Minas (MACC) de la ONU han llamado también la atención a altos mandos de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) para que no dejen ningún explosivo en las bases militares que vayan cerrando.
En Afganistán está en marcha el proceso de repliegue de las tropas internacionales, que debe concluir en 2014 si se cumplen los plazos previstos. El director en Afganistán del MACC, Mohamed Sediq Rashid, aseguró, según recoge Khaama Press, que un total de 53 civiles, la mayoría de ellos niños, han sido víctimas desde 2008 de artefactos explosivos encontrados a los alrededores de las bases de la ISAF.
Agencias