El secretario de Estado norteamericano John Kerry prometió el domingo en El Cairo que Estados Unidos seguirá trabajando con las autoridades interinas egipcias, en su primera visita al país después de que el ejército derrocara al presidente electo islamista Mohamed Mursi.
La visita de Kerry a Egipto se produce un día antes de que empiece el juicio a Mursi, el primer presidente de Egipto elegido democráticamente. Tras su derrocamiento en julio, Estados Unidos, principal proveedor de armas a Egipto, suspendió algunas de sus ayudas al país.
«Nos comprometemos a trabajar y mantendremos nuestra cooperación con el gobierno interino», dijo Kerry a los periodistas, al tiempo que pidió a las autoridades «elecciones libres, justas y que incluyan a todas las partes».
Kerry recalcó que «Estados Unidos es un amigo del pueblo egipcio, de Egipto y un socio».
También minimizó la decisión estadounidense de suspender, hace algunas semanas, parte de la ayuda anual de 1.500 millones de dólares a El Cairo.
«Las relaciones entre Estados Unidos y Egipto no tendrían que definirse sólo por la ayuda», dijo Kerry.
Kerry, hizo estas declaraciones en rueda de prensa conjunta con el ministro de Exteriores Nabil Fahmy.
El secretario de Estado, quien tenía previsto reunirse con el presidente interino Adli Mansur y el jefe del ejército, Abdel Fatah al Sisi, el nuevo hombre fuerte del país, también se refirió el proceso de paz entre palestinos e israelíes.
«Sigo teniendo esperanzas y en Estados Unidos haremos todos los esfuerzos que podamos para llevar adelante el proceso de manera justa, de un modo equilibrado que refleje la complejidad de estos temas», dijo Kerry, reconociendo que la aceleración de la colonización israelí en los territorios palestinos «ha alterado la percepción de la seriedad (o de la falta de seriedad) con que la gente avanza en la dirección adecuada».
El Cairo es la primera etapa de una larga gira de Kerry por varios países de Oriente Medio y el Golfo, que este mismo domingo lo llevará a Arabia Saudita.
En Egipto, Kerry quería abordar la transición política prometida por la hoja de ruta de los militares, la cual prevé un referéndum sobre una nueva Constitución, que está en curso de redacción, y elecciones legislativas y presidenciales antes de mediados de 2014.
El poder militar sigue reprimiendo a los Hermanos Musulmanes, el movimiento islamista del presidente Mursi, que ganó las elecciones legislativas a finales de 2011.
Más de mil personas, en su mayoría manifestantes favorables a Mursi, murieron desde su derrocamiento el pasado mes de julio y las autoridades también detuvieron a 2.000 islamistas, en gran parte dirigentes de los Hermanos Musulmanes.
Kerry, que tenía previsto pasar seis horas en El Cairo, también debía reunirse con representantes de la sociedad civil a puerta cerrada para abordar el problema del respeto de los derechos humanos.
En este contexto, la organización de defensa de los Derechos Humanos con sede en Nueva York Human Rights Watch acusó a los militares egipcios que tomaron el poder en julio de no haber investigado adecuadamente los casos en los que fuerzas de seguridad causaron la muerte de manifestantes, como el pasado 6 de octubre.
Estados Unidos apoyó durante tres décadas al predecesor de Mursi, Hosni Mubarak, derrocado a principios de 2011 por una revuelta popular, con el objetivo de tener un aliado de peso en esta región inestable.
El 10 de octubre Washington decidió «recalibrar» su ayuda a Egipto, que supone 1.500 millones de dólares al año, de ellos 1.300 en ayuda militar. El Cairo dijo por su parte que quería abrir «nuevas opciones» para su política extranjera.
AFP