El hombre que abrió fuego en el aeropuerto internacional de Los Ángeles, donde disparó contra empleados y aterrorizó a los pasajeros, consiguió dos de sus objetivos: matar a un agente de la Administración de Seguridad en el Transporte y demostrar qué fácil es introducir un arma en un aeropuerto.
El ataque mortífero de Paul Ciancia dejó a los investigadores la tarea de determinar qué motivó su odio hacia la agencia creada para garantizar la seguridad de los viajes aéreos después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, pero podría provocar cambios en el sistema de vigilancia en los aeropuertos.
El ataque causó la muerte de Gerardo Hernández, de 39 años, que trabajaba para la agencia desde hacía tres años y llegó a Estados Unidos de El Salvador a los 15 años. En 1998 se casó con su novia Ana y tuvo dos hijos.
Ciancia recibió cuatro disparos de los policías del aeropuerto, uno de ellos en la boca, y está fuertemente sedado y en custodia permanente en un hospital por parte de un guardia armado, dijo el domingo un agente de policía a la Associated Press. El agente pidió no ser identificado por no estar autorizado a hablar públicamente sobre el caso.
El FBI dijo que tenía una carta manuscrita del agresor en la que manifestó que trataría de matar a varios agentes de la TSA (siglas de la Administración en inglés) y «provocar temor en sus mentes traidoras».
El mecánico de motocicletas desempleado que recientemente se mudó a Los Ángeles procedente de Pennsville, Nueva Jersey, fue llevado por un amigo al aeropuerto de Los Ángeles el viernes; poco después extrajo un fusil calibre 223 de su bolso y disparó, mató a un agente de la TSA e hirió a tres personas, entre ellos otros dos trabajadores de dicha agencia.
Las autoridades no creen que el amigo supiera sobre el plan del atacante. Ciancia llegó al aeropuerto en un vehículo Hyundai negro y no tenía boleto para viajar.
Ciancia enfrenta cargos de asesinato de un agente federal y de acto de violencia en un aeropuerto internacional. Los cargos podrían hacer que la fiscalía pidiera la pena de muerte. No estaba en claro cuándo podría comparecer ante la justicia debido a su estado de salud.
AP