En un encuentro con estudiantes de ciencias políticas en Poitiers, Francia, el presidente alegó que el conflicto es entre partes privadas, ya que los denunciantes ecuatorianos eran indígenas afectados por la contaminación, y que por lo tanto es un sinsentido enjuiciar al Estado
PARIS. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, tachó este martes de sinsentido el contencioso que se dirime en La Haya entre Quito y la petrolera norteamericana Chevron, afirmando que el proceso iniciado por ésta se basa en alegaciones insostenibles, durante una visita a Poitiers, Francia.
La justicia ecuatoriana condenó en 2011 a Chevron al pago de una indemnización de 19.000 millones de dólares, por la contaminación causada en Ecuador por su filial Texaco, adquirida en 2001, cuando ésta operó en el país sudamericano, entre 1964 y 1992.
Chevron ha respondido con una denuncia ante la Corte permanente de arbitraje de La Haya, para endosar al Estado ecuatoriano el pago de esa multimillonaria indemnización, alegando que el culpable de la contaminación fue la empresa pública Petroecuador.
En un encuentro con estudiantes de ciencias políticas en Poitiers, el presidente alegó que el conflicto es entre partes privadas, ya que los denunciantes ecuatorianos eran indígenas afectados por la contaminación, y que por lo tanto es un sinsentido enjuiciar al Estado.
«Como retaliación a que (Chevron) perdió su juicio, además de una campaña mundial de desprestigio contra Ecuador, nos demanda en el centro de arbitraje de La Haya, al Ecuador, que nada tiene que ver con el juicio privado (…) no tiene sentido», dijo Correa a los estudiantes, en su mayoría latinoamericanos.
Correa criticó que la corte con sede en La Haya invocara un tratado de protección recíproca de inversiones con Estados Unidos, para recibir la demanda de la petrolera.
«Chevron-Texaco dejó de operar en Ecuador en 1992, y el tratado con Estados Unidos recién entró en vigor en 1997, es decir que están aplicando retroactivamente el tratado», criticó el mandatario. «Estos tratados no aplican para un juicio entre privados», insistió.
«Si un juez hiciera una valoración así en una corte nacional estaría preso por corrupto, pero esos son los tribunales internacionales a los que se tiene que enfrentar nuestro país», apostilló.
Afirmando con vehemencia que «Chevron es culpable» de la contaminación y que los daños se pueden seguir observando en las zonas afectadas, Correa arremetió también contra el juicio paralelo montado por la compañía ante la justicia de Nueva York, para evitar que los demandantes ecuatorianos y su abogado la obliguen a abonar la indemnización.
Correa sostuvo que el principal testigo de Chevron «es un juez corrupto ecuatoriano al cual están pagando 10.000 dolares mensuales», sin nombrarlo, y tachó el juicio en Estados Unidos de «pantomima».