SANTIAGO. Expertos chilenos y extranjeros iniciaron este martes en Santiago el análisis de los restos del poeta y premio Nobel Pablo Neruda en busca de sustancias tóxicas que podrían probar que fue asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet y no murió de cáncer, como se cree hasta ahora.
Los restos de Neruda, que murió doce días después de instalada la dictadura de Augusto Pinochet, el 23 de septiembre de 1973, fueron exhumados en abril pasado para comprobar la veracidad de la denuncia de su exchofer, Manuel Araya, quien asegura que el escritor fue asesinado tras ser inyectado en el pecho con una misteriosa inyección.
Muestras de tejido óseo del poeta habían sido enviadas a laboratorios de España y Estados Unidos. Los resultados de esos análisis son analizados a partir de este martes por un panel de expertos chilenos y extranjeros en Chile.
AFP