“El mes de septiembre fue un mes de crisis para las familias venezolanas que tienen hijos y que tenían que equiparlos para el colegio. Y es lógico porque si el salario mínimo no alcanza ni para comer cómo hace la gente con gastos que no están en su presupuesto. No queremos llegar a diciembre y ver cómo hará la gente para hacer hallacas o comprar pan de Jamón. Por eso para combatir la crisis económica la primera herramienta es votar el 8 de diciembre (8-D)”.
David de la Cruz, candidato a concejal por el circuito uno de Maracaibo conformado por las parroquias Cristo de Aranza y Cecilio Acosta, denunció lo que a su juicio es un aumento de salario pírrico frente a la inmensa inflación que viven los venezolanos. “Desde el primero de noviembre el salario mínimo alcanza 2973 bolívares, lo que es una cantidad irrisoria puesto que según el Banco Central de Venezuela la inflación acumulada, sólo desde el mes de octubre 2012, hasta el mes de octubre de 2013 llegó a 49.9 por ciento. Casi un 50 por ciento de inflación que nos deja con un bajo poder adquisitivo”.
Detalló que todo esto resulta en que los venezolanos aun con un poco más de dinero ahora pueden comprar mucho menos. “Nos indigna mucho más el doble discurso del Gobierno y la desigualdad que sufrimos los venezolanos más pobres. Este Gobierno dice deberse a la clase trabajadora pero resulta que le aumenta mucho más a sus altos ejecutivos, y a los más pobres los hacen más pobres, disminuyendo su capacidad adquisitiva”.
Aseguró que este es el tercer aumento escalonado que se hace en el año para completar un 30 por ciento a quienes devengan salario mínimo, mientras que para quienes ganan muy por encima de esa cantidad le aumentaron 45 por ciento en una sola oportunidad. “Mientras todos hemos tenido que esperar en tres partes un aumento de nuestros salarios a la Fiscal General de la República le aumentan de un solo golpe el 45 por ciento de su abultado salario de 35 mil 676 bolívares equivalente a 12 salarios mínimos. ¿Y los demás funcionarios qué? Los policías y bomberos que arriesgan sus vidas, los educadores de nuestros niños, ¿ellos no merecen tener un salario digno?”.