«Sectores de la oposición, con el financiamiento de Estados Unidos y la elite empresarial que se impone en las decisiones de la Casa Blanca, junto a la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés), son algunos de los protagonistas y responsables del golpe blando que nuevamente se intenta aplicar en Venezuela desde que el máximo líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, anunció en diciembre de 2012 que sería intervenido quirúrgicamente».
Así lo resaltó este miércoles el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, en cadena nacional de radio y televisión desde el Palacio de Miraflores en Caracas, donde subrayó que el detonante de este nuevo intento golpista nacional e internacional fue precisamente la situación de salud del Comandante Chávez.
«Ellos le venían haciendo seguimiento a la situación de nuestro Comandante y cuando se presentó la circunstancia entre noviembre y diciembre aceleraron sus planes. Luego cuando el postoperatorio del Comandante se aceleraron aún más los planes, mientras toda Venezuela y nosotros nos dedicábamos a seguir atendiendo la circunstancia», denunció Maduro.
Al respecto agregó que las perturbaciones contra la estructura política, social y económica del Estado inició con estrategias diseñadas para dañar el sistema de abastecimiento de alimentos, distribución de electricidad y todos los servicios importantes y necesarios para el bienestar del pueblo venezolano.
«Ellos sabían que si se presentaba una circunstancia como la que lamentablemente se presentó, esa situación era precisamente el elemento central que disparaba la estrategia elaborada contra Venezuela para desatar una guerra total, para destruir de raíz la Revolución Bolivariana (…) se estaba dando el factor fundamental para el disparador de la ofensiva total contra la República Bolivariana de Venezuela», subrayó Maduro.
El presidente recordó que el intento de golpe blando o silencioso se viene ejecutando en el país desde 2001, cuando se acordó, con financiamiento y estrategias dictadas por instituciones estadounidenses, ejecutar el golpe de Estado a través de la «lucha no violenta» registrada, por ejemplo, en marchas, paros, huelgas, entre otro tipo de acciones.
Otro intento fue el plan de magnicidio de 2004, cuando se capturaron más de 150 paramilitares colombianos en la hacienda Daktari, propiedad del empresario venezolano-mayamero Robert Alonso, uno de los aliados del sistema conspirativo estadounidense.
AVN