Mientras en América los teatros aplauden a los gais, el Viejo Mundo se agita por la discriminación sexual
Desde Madrid llega un email que alerta y por consiguiente preocupa: la homofobia no cede en Europa y se esperan sucesos lamentables, siempre sangrientos, más represión y violencia de todo tipo.
Así lo cuenta Víctor Vegas (Barquisimeto, 1967), quien con su esposa se instalaron en España hace casi diez años y por los vientos que soplan no han comprado el pasaje de regreso. Ambos son profesionales y él, además, es escritor de teatro y de novelas, con lo cual tiene colmada una de sus tantas ambiciones.
Víctor también tiene buenas noticias porque su pieza “Mientras amanece”, una historia trágica sobre un asesinato y un suicidio por temática homofóbica, prosigue en los escenarios americanos. El año pasado se representó en Los Ángeles, Estados Unidos, y recién culminó una nutrida temporada otro espectáculo en Arequipa, Perú.
-¿Cuántas obras escritas?
-Dieciséis en total. De ellas, cinco pertenecen a mi primera etapa como dramaturgo. Hablo de mis comienzos, allá por la segunda mitad de la década de los 80, cuando, junto con otros adolescentes, me dejé aguijonear por la avispa del teatro. Por supuesto eran más obras, pero sólo cinco han conseguido sobrevivir a la criba de los años y la autocrítica. Las restantes 11 las he ido escribiendo a lo largo de los últimos diez años. Pero, en honor a la verdad, “Pieza para dos actores” y “Mientras amanece” son las más representadas, en su tiempo en Venezuela y ahora en Latinoamérica.
-¿Qué ha pasado con esos dos textos?
-No me puedo quejar, hasta la fecha mis obras más representadas son, pues, “Pieza para dos actores” y “Mientras amanece”. La primera ha sido producida en Argentina, Costa Rica, España, México y Uruguay mientras que la segunda ha sido estrenada en Estados Unidos, México, Perú y Venezuela. Todos los montajes han tenido buena acogida de público y crítica. De hecho, en México, a comienzos de este año, “Pieza para dos actores” (“Cuernos de la misma cabra”, titularon el montaje allá) fue seleccionada entre los mejores espectáculos de 2012.
-¿Gustó “Mientras amanece” en Perú?
-Sí, allá cambiaron los nombres y lo adaptaron al contexto peruano, y terminó siendo la historia de Theo, que se debe prostituir para sobrevivir, y Raúl, otro hombre que no acepta su fugaz relación con el homosexual. Fue actuado por Renato Oviedo y Roberto Palacios, dirigidos por Andrés Luque Ruiz de Somocurcio. Era un espectáculo que, como lo reseña la crítica, obligaba indefectiblemente a esa práctica olvidada de la reflexión planteando la tolerancia como medio de vida. “una realidad de violencia que todos conocemos pero a la que muchos han dado la espalda”.
Públicos ansiosos
-¿Cuál es la clave de su éxito?
-Ignoro cuál pueda ser la clave. Son piezas muy distintas entre sí, tanto en estructura y argumentación como en la temática que abordan. Lo único que quizá tengan en común es cierto juego escénico, muy de teatro dentro del teatro. En algún momento ambas rompen la cuarta pared y sus personajes se permiten un guiño con el espectador. A propósito, otra de mis obras en la que utilizo también este tipo recurso, este juego, es “El evangelio según Judas”. Y confieso que en el último año me han estado solicitando mucho sus derechos. Sospecho que los tiros pudieran ir por allí… Tal vez. No sé. La verdad es que con respecto a este asunto no tengo ninguna certeza. ¡Ojalá la tuviera!
-¿A qué públicos llegan sus piezas?
-No suelo escribir pensando en un espectador concreto. Aunque tampoco soy de los que se encierra a crear sus historias de espaldas al público, enclaustrado en una torre de marfil. Cuando escribo, desde luego, pienso en que habrá un lector o espectador receptor de dicha obra. Sin embargo, siempre se trata de un lector o espectador general, nada específico. Ni siquiera cuando escribí “Cuando seamos grandes”, que es una pieza infantil, pensé exclusivamente en un público bajito y de pantalones cortos.
Prejuicios exacerbados
-¿La homofobia no es la única discriminación que violenta los derechos humanos, pero por qué gusta tanto? ¿Hay en la homofobia una insatisfacción sexual o la frustración de no poder ser el otro?
-Hace poco leí un reportaje en el que se afirmaba que la homofobia estaba creciendo en el mundo. Sin ir más lejos, acá en Europa, cuando se creía que había entrado en un declive imparable, está volviendo con una fuerza inusitada. Allí tenemos las nutridas movilizaciones en Francia contra la ley del matrimonio homosexual de François Hollande y la polémica aprobación de una ley similar en el Reino Unido, propuesta por Cameron, sin hablar de la cruzada que el gobierno de Putin ha emprendido contra los homosexuales rusos. La Agencia Europea de Derechos Fundamentales realizó recientemente un estudio en el que entrevistó a más de 93.000 miembros del colectivo LBGT de los 27 países de la UE. Casi la mitad de ellos (el 47%) ha asegurado que en los últimos 12 meses ha sufrido alguna forma de discriminación por culpa de su orientación sexual. Cerca de uno de cada cuatro ha denunciado haber sido víctima de asaltos o amenazas violentas en los últimos cinco años y el 6% ha afirmado que ha sido atacado físicamente en los últimos 12 meses, en no pocos casos en el seno de sus propias familias. Cifras nada alentadoras para el colectivo LBGT. Así que cualquier aporte que hagamos los autores para luchar contra esta realidad siempre será poco. Yo creo que toda esta actitud homofóbica de una buena parte de la población se explica en el miedo hacia el diferente y en el riesgo de perder, de ver llegar a su fin el statu quo en el que descansa su confort como individuo. Maximizado, claro está, por una crisis mundial que dura ya demasiado. Es sabido que en tiempo de crisis los prejuicios suelen exacerbarse.
XXXXXXXXXX RECUADRO 1
Mientras amanece
“Mientras amanece” es la saga de Raúl, un vendedor de equipos de computación, casado y con dos hijos, quien despierta en un motel de carretera en compañía de Theo. Esos hombres no se conocen y tampoco saben cómo terminaron acostándose, pero Theo revela como hicieron el amor y hasta la pasaron muy bien. Raúl no acepta lo ocurrido y mata a su desconocido compañero de cama…y después se suicida. Dos mundos, dos realidades, dos maneras de vivir se estrellan en este drama poético de Víctor Vegas. Y todo pasa mientras amanece. La obra se mostró por primera vez el 24 de agosto de 2007, en la sala principal del Teatro San Martín de Caracas, con David Villegas y William Escalante en los respectivos roles de Theo y Raúl. La producción corrió por cuenta del TSMC y Texto Teatro. La dirección estuvo a cargo de Gonzalo Cubero
EL ESPECTADOR
Edgard Antonio Moreno Uribe
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