La Policía de Ecuador, salpicada durante años por casos de violaciones de derechos humanos y corrupción, está siendo sometida a una purga que incluye pruebas para detectar el consumos de drogas y licor, de las que no escapará la cúpula.
El proceso de depuración que arrancó en 2010 involucra a los 44.000 miembros de la institución. Hasta la fecha 1.300 policías, entre ellos varios coroneles, han sido separados por causas como mala conducta profesional y por fallos judiciales, mientras que otros 500 están siendo investigados.
De este último grupo se estima que unos 250 efectivos también quedarán fuera, dijo el inspector de la Policía, general Fabián Solano.
Dentro de esta inédita campaña de limpieza se incluirán pruebas para detectar adicciones a drogas y licor. «Tenemos problemas de consumo de alcohol», admitió el ministro del Interior, José Serrano, a cuyo cargo está el organismo armado, en una entrevista con la AFP.
A raíz de ello, «comenzaremos a aplicar exámenes toxicológicos a todos los policías» a partir de 2014, sostuvo.
Las pruebas -agregó- seguirán un estricto protocolo para que un «consumidor habitual o que haya caído en la adicción pueda tener la ayuda del Estado, pero no podrá seguir siendo policía».
El ministro anotó que los exámenes toxicológicos se enmarcarán en las denominadas pruebas de confianza integrales, entre las que figuran, además de revisiones médicas, análisis sicológicos, físicos y hasta con polígrafo.
Purga
«Es una purga no solo alrededor de la Policía sino también del resto de instancias del sistema de justicia penal en el que se había generado un círculo vicioso. Todo el mundo se lavaba las manos, querían contentar a uno, dos o tres países para que le den la visa y nada más, mientras que la ciudadanía estaba a expensas de cualquier criminal», manifestó.
AFP