Mónica Fernández: Sin cultura del riesgo la vida vale medio

Lo que había ocurrido era la explosión y jamás se cerró la calle, ni el estacionamiento del edificio, ni se evacuó a los moradores
Lo que había ocurrido era la explosión y jamás se cerró la calle, ni el estacionamiento del edificio, ni se evacuó a los moradores

 

 Al presenciar la explosión que se registró en el establecimiento de comida Miga’s, ubicado en el centro comercial Parque Cristal, la cual dejó 16 heridos, me sentí en medio de un simulacro porque no podía entender la pasividad con la que autoridades y ciudadanos permanecían en el sitio, sin miedo alguno a que pudiera ocurrir algo peor

No me lo contaron, yo estaba allí este pasado miércoles, cuando explotó un local de comida rápida, en el Centro Comercial Parque Cristal en Altamira. Una fuga de gas en el local, según la información de prensa, provocó el estallido, con el lamentable saldo de 16 heridos, ojalá que no muertos, a la hora de publicar esta columna.

No podía entender lo que sucedía, sólo pude ver cientos de personas que miraban hacia el centro comercial, por un momento me alegré y dije “ah un simulacro de evacuación, que bueno que se eduque a los ciudadanos en riesgos”, pero fue todo lo contrario. Presencié la anarquía absoluta y la ausencia de conocimientos en materia de riesgos y prevención, no sólo en los ciudadanos comunes, sino en las autoridades policiales. Lo que había ocurrido era la explosión y jamás se cerró la calle, ni el estacionamiento del edificio, ni se evacuó a los moradores. Los heridos que vi estaban en el suelo, en plena acera, mientras cientos de curiosos y morbosos los rodeaban para aumentar su desgracia, sin que ni un solo policía, bombero, médico o paramédico tomara las medidas básicas de alejamiento, para preservar la integridad de la víctima. No había ambulancias, ni bomberos, ni policías en el sitio. Sólo aparecieron una hora más tarde y cerraron parcialmente la mitad de la calle. Los demás ciudadanos seguían allí mirando, sin pensar siquiera que otra explosión podía ocurrir o que la fuga podía ser mayor, poniendo en riesgo a todos.

Soberanos imprudentes

Siempre lo digo, no hay duda, Dios es venezolano, porque siempre protege la imprudencia y la inocencia criolla. Me llena de dolor el pensar que una policía de respuesta efectiva, en menos de cinco minutos, como lo era Polichacao, haya tardado en llegar al sitio a tomar alguna medida, equivocada, pero medida al fin, más de 45 minutos después del hecho. Los funcionarios reían, hablaban por sus teléfonos celulares, conversaban entre ellos, pero ninguno se acercó a los ciudadanos, menos aún pidieron respeto por los heridos en el suelo, ni alejaron del sitio de riesgo a los observadores.

Me sentí en medio de un simulacro porque no podía entender la pasividad con la que autoridades y ciudadanos permanecían en el sitio, sin miedo alguno a que pudiera ocurrir algo peor. Tenemos tanta fortuna en Venezuela al ser un país donde no hay terremotos constantes, ni maremotos, ni riesgos ambientales graves, ni ciclones, pero eso nos ha convertido en unos soberanos imprudentes ante nosotros mismos y ante el colectivo.

Aunque una autoridad no hubiese tomado medidas, si tuviéramos cultura ciudadana vinculada con la prevención de riesgos nadie se quedaría observando a esa distancia cercana, menos aún encima de los heridos. Me causó tanto impacto la no clausura de la vía en todos los sentidos que me preguntaba ¿y si debe llegar la ambulancia, o los bomberos por dónde pasan? si además los carros están parados mirando.

 

Insólito: autoridades sin cultura de riesgo

Es muy triste que tengamos que reconocer que no estamos preparados ni para lo más mínimo y que contribuimos de manera directa a generar más y peores riesgos en nuestro entorno. Al ciudadano la falta de cultura se le puede excusar, haciendo responsables a las autoridades, a las familias y a la escuela por no generarla, pero a una autoridad policial se le debe sancionar con severidad, pues ellos sí están obligados a conocer y saber cómo manejar este tipo de situaciones, imponiendo obligaciones sobre los ciudadanos. Suspensión del tránsito en la zona, acordonamiento del sitio del suceso, evacuación de personas y edificaciones cercanas, asistencia inmediata a los heridos y personas en riesgo inminente, presencia de ambulancias, bomberos, protección civil y policías es lo prioritario, lo mínimo, pero sobre todo lo sensato.

Esto se aprende hasta viendo películas, por lo que resulta menos excusable aún. El conformismo, admitir esto es así, somos de esta forma, sólo nos generará más conflictos.

Esperar el informe técnico para establecer responsabilidades es importante, de él se podrá deducir si hay peor asombro, pues quizá la fuga de gas, o lo que haya ocasionado la explosión ya había sido advertida o percibida por los trabajadores y usuarios sin que nadie haya tomado medidas. Esto nos lleva a pensar en la necesidad de intensificar las supervisiones de bomberos y personal capacitado sobre estos restaurantes de comida rápida que cada día proliferan más. Estas evaluaciones no pueden ser esporádicas, deberían ser más constantes para precisamente disminuir el riesgo de este tipo de accidentes, que en definitiva contribuye a preservar la vida de los venezolanos.

Seguir apostando a la suerte, no invertir en equipos adecuados, no capacitar al personal de seguridad público y privado, no instruir al ciudadano es la verdadera fuga de gas que no estamos percibiendo. Cuando explotemos será muy tarde.

TIPS PARA QUE TE DEFIENDAS

 

1.-Exija a sus autoridades municipales la capacitación, entrenamiento, y concienciación de los habitantes del municipio en temas vinculados con siniestros, eventos ambientales y otras circunstancias de riesgo que requieran de manejo de crisis y peligros.

 

2.-Genere redes de capacitación y entrenamiento entre vecinos apoyados por asociaciones civiles que se dedican al tema como capacitadores o auxilio de cuerpos de prevención de las instancias públicas.

 

3.-Establezcamos programas y planes de educación en las escuelas desde edades tempranas que permitan ir generando cultura ciudadana para responder ante eventos de peligro y riesgo ambiental. Entre esto es imprescindible educar a través de simulacros.

 

4.-Dote su casa, espacio de trabajo, escuela, y sitios donde haga vida de los implementos necesarios para emergencias o riesgo. Aprenda rutas de evacuación. Establezca códigos y cadenas de contactos de emergencia. Fije lugares de encuentro en caso de huídas. Elabore su propio protocolo de seguridad para responder en grupo o familia a la crisis.

 

5.-Debe exigirse como medidas de medio ambiente y trabajo la capacitación y entrenamiento en las empresas del personal que allí labora, formación esta que debe asumir el Estado.

 

6.-Los medios deben avocarse a este tema generando micros y campañas que hagan más comprensible estas situaciones mostrando ejemplos drásticos de lo que ocurre cuando no se toman medidas.

 

Para que te defiendas

Mónica Fernández

Twitter: @monifernandez

 

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