El régimen de Nicolás Maduro parece haber estado jugando con fuego al estimular al populacho a que vaciara los anaqueles de una tienda que vendía productos electrodomésticos a altos precios, con un discurso mucho más incendiario de lo usual que el lunes mantenía vigente el espectro de los saqueos a lo largo del país, publica El Nuevo Herald.
Cientos de comercios cerraron sus puertas a en distintos puntos de la nación petrolera bajo el temor de ser saqueados, al tiempo que se registraron incidentes de ese tipo en Valencia, Puerto La Cruz, Los Teques, Ciudad Ojeda y Upata.
“Los eventos de los últimos días son expresiones de un escenario de descomposición social y de incertidumbre que está siendo estimulado por el discurso desesperado de Maduro”, comentó el asesor político venezolano Rafael Revilla en Miami.
Es un discurso desesperado porque si bien puede en teoría ser usado para generar réditos políticos, al mismo tiempo podría terminar siendo una jugada muy peligrosa bajo la actual crisis político-social del país, dijo.
“El discurso de Maduro es un arma de doble filo. Si la intención era que podía servir a los propósitos políticos electorales [frente a los comicios municipales de diciembre] o como factor intimidante contra algunos sectores empresariales, allí se estaría jugando con fuego porque podría ser utilizado como justificación para salir a saquear, y luego el gobierno, al haber propiciado este tipo de cosas con su propio discurso, estaría en una situación muy difícil para salir a reprimir estas acciones policial o militarmente”, explicó.
Los eventos se produjeron poco después de que Maduro ordenara la ocupación de la cadena de tiendas de electrodomésticos Daka, acusándola de elevar injustamente los precios de sus artículos.
“He ordenado la ocupación de esa red de tiendas y sacar los productos a la venta del pueblo a precio justo, que no quede nada en los anaqueles, que no quede nada en los almacenes”, dijo Maduro.
Pero lo que debió haber sido una operación custodiada por la Guardia Nacional para vender los productos intervenidos a “precios justos”, terminó propiciando en la noche el saqueo de la tienda, luego de que los consumidores, que tenían largas horas esperando para ingresar al local, terminaran rompiendo las vitrinas y se llevaran los artículos sin pagarlos.
El lunes, los saqueadores ni siquiera esperaron que las tiendas fuesen intervenidas por las autoridades.
Agentes de la policía tuvieron que actuar para controlar los saqueos registrados en el centro comercial El Tambor en las afueras de Los Teques, luego que una muchedumbre comenzara a sustraer mercancía de la tienda General Import y de otros negocios de comerciantes chinos y árabes distribuidos en la calle Miquilén.
Algo similar ocurrió a 350 kilómetros de distancia, en Puerto La Cruz, luego que decenas de personas trataran de forzar la entrada a una serie de locales que habían cerrado sus puertas por temores a saqueos, bajo la mirada de cientos de personas que también esperaban la oportunidad de ingresar.
Conatos parecidos fueron reportados por los medios locales en Valencia, y las más pequeñas Ciudad Ojeda y Upata.