Los esfuerzos del régimen de Nicolás Maduro de combatir la inflación obligando a los comerciantes a bajar los precios de sus productos con amenazas de intervenir sus locales, arrestar a sus gerentes o permitir que el populacho saquee sus anaqueles está acelerando el avanzado estado de descomposición económica que ya aflige a Venezuela.
Según analistas consultados, las últimas medidas aplicadas del gobierno bolivariano para combatir artificialmente la tasa de inflación –que ya está en vías de alcanzar el 60 por ciento para convertirse en la más alta del mundo– generaría un espejismo inmediato de que se está haciendo algo para contener los precios, pero provocaría al mismo tiempo un gran empeoramiento del problema de fondo: una insuficiente oferta de productos.
“Esto sin duda alguna se va a traducir en una mayor escasez”, vaticinó Pedro Palma, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
“Todas estas ventas masivas de productos a menores precios están propiciando a que la gente salga desesperada por comprar cualquier cosa que le ofrecen a un menor precio, eso va a generar un rápido agotamiento de los inventarios, que ya se están agotando, y cuando lleguen los días navideños y la gente pretenda salir a comprar, ya no habrá productos que comprar en los comercios”, sostuvo.
El problema está que al obligar a los empresarios a vender sus productos por debajo de los costos de reposición, estos no serán repuestos, explicó.
Maduro, quien acusa a los empresarios de emprender una “Guerra Económica” contra su gobierno con fines de desestabilización, emprendió una oleada de intervenciones contra las tiendas, ordenando que inspectores revisen sus anaqueles para ver si los productos están siendo vendidos a “precios justos”.
El gobernante tomó las medidas para obligar a los comerciantes a vender su mercancía importada en base al tipo de cambio oficial de 6.30 bolívares por dólar, en vez de la cotización del tipo de cambio paralelo, que el miércoles cerró diez veces más alto, en 63.65 bolívares.
Pero es justamente en el mercado paralelo donde muchos de los comerciantes alegan que adquirieron los dólares para importar la mercancía, ya que las autoridades solo otorgan divisas al tipo de cambio preferencial a un grupo muy selecto de empresarios, la mayoría de ellos con estrechos vínculos con el chavismo.
La intervención de las tiendas condujo a que miles de venezolanos se aglutinaran en distintas tiendas de electrodomésticos para aprovechar las rebajas de precios ordenadas por el régimen.
El régimen también encarceló a los gerentes de una de las tiendas intervenidas, ordenando su encausamiento por acaparamiento, y en lo que motivaba a algunos dueños de tienda a abrir sus puertas el miércoles, Maduro estimuló que el populacho saliera a las calles a saquear, recrudeciendo su discurso hostil hacia el empresariado y emitiendo frases como “que no quede nada en los anaqueles, que no quede nada en los almacenes”.
Varias tiendas han sido saqueadas en distintos puntos del país, generando gran preocupación en un país que aun recuerda los trágicos disturbios y saqueos masivos conocidos como El Caracazo.
Antonio María Delgado /El Nuevo Herald