El Sistema de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles, que ha formado en Venezuela a cientos de miles de músicos y talentos internacionales como el director de orquesta Gustavo Dudamel, ha comenzado a echar raíces en Francia.
Lo impulsan Jean-Gabriel Mahéo y Pascale Macheret, cofundadores de la asociación El Sistema France, con la que intentan adaptar a este país europeo la estrategia promovida entre los niños más desfavorecidos de Venezuela por el músico, compositor, economista y político José Antonio Abreu, desde mediados de los años 70.
Trabajan convencidos como él de que la música puede ser la gran riqueza y «la mejor prevención contra todo lo que puede degradar la vida de un niño», explica Mahéo en una entrevista con Efe.
El mismo Sistema que este verano conmovió al público del Festival de Salzburgo, actualmente en expansión en unos cuarenta países, comenzó este mes de octubre a beneficiar a medio centenar de niños con dificultades escolares o sociales de Gorges, en el noroeste francés, en colaboración con la Fundación Apprentis d’Auteuil.
«Es solo un principio», que aspira alcanzar pronto a los 13.000 niños de los que se ocupa la fundación y en los próximos tres años a muchos otros miles en todas las regiones del país, afirma Mahéo.
Cuenta para ello con un equipo cada vez más sólido, al que se unió el pasado septiembre como director nacional para la música y la pedagogía, encargado de supervisar el conjunto de los proyectos de la asociación, el director de orquesta venezolano, violinista, pedagogo, abogado y gestor cultural Alcides Maestre Blanco.
Un músico que conoce profundamente el Sistema y al maestro Abreu, a quien debe su precoz formación musical, su posterior ejercicio profesional al frente de varias orquestas, y con quien ha colaborado estrechamente en los últimos años, intercalando su trabajo en Venezuela con numerosas estancias en el extranjero, comentó a Efe.
Además de ser lo que se llama «un puro producto del Sistema», Alcides Maestre completó su formación en España, Francia y el Reino Unido, en el terreno musical y en el de la gestión cultural internacional, otra de sus pasiones.
Del origen de la asociación francesa cuyo comité estratégico encabeza hoy Jean de Saint Guilhemel, pianista e inspector general de Educación e Investigación nacional, Mahéo subrayó que todo partió «de una emoción» y de «la gran verdad» desarrollada por Abreu de que «el arte en el sentido más noble salva las sociedades».
Él y Pascale Macheret, su compañera, descubrieron en 2009 los logros del Sistema en el canal cultural franco-alemán Arte, cuando no tenían relación directa con la música, pero sí «una fibra humanista bastante desarrollada».
Se pusieron manos a la obra en 2010, cuando descubrieron el deseo del maestro Abreu de que esa modélica fábrica de virtuosos se expandiese «por el mundo entero», añadió.
Juntos, sin conocer «absolutamente a nadie en la música, ni en la política», iniciaron «el largo trabajo» de tejer una red que hoy cuenta «con un excelente equipo y un proyecto», subrayó Mahéo.
Entre otros planes, el Sistema Francia informa en su página web de que prepara la extensión de su proyecto piloto a otras ciudades como Marsella, Orleans, Nimes, Evreux, Toulouse y París; así como diferentes giras de orquestas sinfónicas de Jóvenes y, para 2015-2016, el lanzamiento de los Encuentros Mundiales del Sistema.
Al igual que en Venezuela, el pilar fundacional es el aprendizaje colectivo intensivo y el reto de que los niños y jóvenes de los medios sociales más desfavorecidos puedan descubrir la música y con ella ocupar su lugar en la sociedad.
Los cargados horarios de la educación nacional francesa figuran entre los obstáculos que el Sistema Francia espera vencer para adaptarse el modelo venezolano, donde se practica una media de tres y cuatro horas diarias, seis días por semana, y los domingos participan en dos o tres conciertos mensuales.
De momento, al ritmo de dos horas al día, los niños del proyecto piloto de Gorges practican diez horas por semana.
Es ya «un triunfo», celebra Alcides Maestre. EFE