Hoy comenzó oficialmente la cuenta regresiva hacia las elecciones municipales del 8 de diciembre, que marcarán el primer desafío electoral entre el oficialismo y la oposición tras los ajustados comicios presidenciales del pasado 14 de abril.
Bajo un clima político siempre crispado y una economía que muestra señales aceleradas de deterioro, las elecciones se han convertido en una prueba clave para el liderazgo dentro del oficialismo del presidente Nicolás Maduro, que deberá medir fuerzas con una oposición que impulsa un «voto castigo» a su gestión.
Unos 19 millones de venezolanos están habilitados para renovar a los 335 alcaldes del país, volviendo a las urnas luego de las elecciones de abril, donde la estrecha victoria de Maduro frente a Henrique Capriles abrió una crisis política que profundizó la ya tradicional división del país en dos mitades.
De acuerdo con la normativa electoral, a partir de hoy y hasta el 5 de diciembre, unos 16.000 candidatos a alcaldes y concejales en todo el país tendrán vía libre para presentar sus propuestas y planes de Gobierno, con la mira puesta en seducir a un electorado preocupado por cuestiones como la alta inflación y la inseguridad.
Pese a que el calendario marca que hoy es el inicio legal de las actividades proselitistas, la campaña ya comenzó hace meses con feroces cruces entre el oficialismo y la oposición, todo con el fin último de demostrar que son mayoría.
El oficialismo busca validar su ajustado triunfo en las presidenciales y movilizar a su electorado con continuas evocaciones a honrar la memoria de su líder, Hugo Chávez.
Maduro llegó incluso a decretar el día de las elecciones, que coincide con el primer aniversario de la última aparición pública del fallecido mandatario, como el «Día de la Lealtad» hacia su mentor político, algo que fue rechazado por la oposición como un «claro ventajismo electoral».
El presidente ha tomado como bandera además la «lucha contra la guerra económica» que afirma los empresarios y la oposición libran contra su Gobierno, está a un paso de recibir poderes especiales para gobernar por decreto y ha lanzado una fuerte ofensiva para combatir la corrupción y obligar a los comercios a rebajar sus precios.
«La lucha contra la corrupción en una nueva dimensión, así como hemos ido en esta ofensiva económica así yo estoy preparando un plan arrasador, ese sí va a ser arrasador, contra la corrupción, contra los corruptos», señaló Maduro este viernes en rueda de prensa.
Maduro no ha tenido tregua en los poco más de seis meses que lleva como presidente. La escasez de productos de la cesta básica, la inflación que ronda el 45 %, apagones eléctricos y un engorroso y vulnerado sistema de control de cambio de divisas que ya tiene diez años, le han valido no pocas críticas.
Con actos, caravanas y recorridos a pie por barrios y mercados comunales, los candidatos oficialistas intentan suplir la ausencia de Chávez, quien en vida solía convertir los comicios en un plebiscito en torno a su popular figura.
Mientras, la oposición se apoya en su líder, Henrique Capriles, quien recorre el país para apadrinar a los distintos candidatos con llamados al electorado a volcar en las urnas su descontento con el Gobierno.
«Hoy inicia etapa final de esta cruzada para avanzar en el cambio de ntra Venezuela,vamos líderes de todos los Mcpios!Fuerza!», dijo hoy desde su cuenta de Twitter.
La oposición juega parte de sus cartas en los principales centros urbanos del país, como la capital, Caracas, y la populosa ciudad de Maracaibo, donde espera conservar las alcaldías que ya están en sus manos.
Esta votación será la última oportunidad para ambos bandos. En los próximos dos años no se realizarán comicios y además se relajará el clima crónico de campaña en un país en el que en los últimos 14 años se han realizado más de 17 elecciones. EFE