El presidente venezolano, Nicolás Maduro, busca reforzar su liderazgo y “neutralizar” el avance de la oposición de cara a las elecciones municipales del 8 de diciembre, mediante rebajas forzosas de precios y la promesa de gobernar por decreto para atajar la inflación, señalaron analistas a la AFP.
“Las medidas para combatir la inflación” adoptadas por Maduro esta semana “buscan movilizar la mayor cantidad de chavistas y neutralizar el avance que el gobierno viene observando en la oposición (…) tanto en el número de alcaldías como (en) la votación total que podría obtener”, explicó a la AFP el politólogo John Magdaleno, de la consultora Polity.
Se trata de unas elecciones cruciales para Maduro, las primeras que enfrenta desde que fue electo el 14 de abril por un estrecho margen de 1,49% tras la muerte de su mentor, Hugo Chávez.
En esas elecciones el opositor Henrique Capriles captó 900.000 votos chavistas en relación a los resultados de los comicios de octubre, cuando Chávez fue reelecto por tercera vez.
Desde entonces, el contexto económico se degradó.
Venezuela acumula 54% de inflación en 12 meses según cifras oficiales, un récord en América Latina y el guarismo más alto en 14 años de gestión chavista. Y al mismo tiempo, los niveles de desabastecimiento de productos básicos como leche o papel higiénico alcanzan 22%.
En este escenario, Maduro multiplicó medidas contra la que define como una “guerra económica” del empresariado que, según él, sería la causa principal de la altísima inflación y gran escasez de productos que se registran en el país.
Entre otras disposiciones, forzó rebajas de precios de productos, incluidos algunos que no son de primera necesidad como electrónicos, y controla los márgenes de ganancias de las empresas vendedoras y la reposición de mercadería por parte de las distribuidoras.
Venezuela, el país con mayores reservas petroleras del mundo, vive bajo un estricto control de cambios y es altamente dependiente de las importaciones para abastecerse.
Liderazgo a prueba
Los expertos coinciden en que el liderazgo de Maduro está a prueba.
“Las implicaciones de las municipales son de envergadura, van más allá del resultado local”, explica Magdaleno.
Se trata de la última elección hasta 2015, cuando deberán celebrarse legislativas, y medirá por lo tanto si el apoyo real al chavismo “crece, decrece o se mantiene” respecto a abril cuando resultó electo Maduro, añadió.
A la crisis económica, la primera palpable del período chavista, se suman los sondeos que indican que “la mitad de la población responsabiliza directamente al presidente de los principales problemas del país”, señala Magdaleno, citando encuestas de las firmas Ivad y Datanálisis, de las más reputadas del país.
“Eso con Chávez nunca ocurrió. Siempre los responsables eran otras personas, otros factores”, agrega el sociólogo Ignacio Ávalos, por ello “las medidas económicas tienen un trasfondo electoral” en un contexto de “crisis económica con visos estructurales”.
“Chávez hacía entender a la gente que cada voto por sus candidatos era por él. Capriles intenta hacer lo mismo, pero no tiene el liderazgo del fallecido mandatario y Maduro tampoco lo tiene”, señala Ávalos.
Magdaleno en tanto, agrega que los sondeos señalan que siete de cada 10 venezolanos “opinan que la situación económica del país es negativa y políticamente inestable”.
“Si la votación del chavismo decrece y la oposición obtiene la mayoría implicará un deterioro de la base de apoyo del gobierno y sus aliados; y las consecuencias serán críticas altisonantes a Maduro, que pueden volver más visibles las diferencias internas en el chavismo”, estima Magdaleno.
Avance de la oposición
Según Magdaleno, las encuestas indican que el gobierno obtendría la mayoría de las 335 alcaldías en juego, pero señala que “todos los sondeos sugieren que la oposición va a tener un avance al obtener entre 80 y 90 alcaldías luego de que en 2008 ganó en 56 localidades”.
Capriles, gobernador del estado Miranda (norte), aspira a que la contienda sea un “plebiscito” a la gestión de Maduro y la oportunidad “de expresar el descontento” por la situación del país con una victoria “aplastante” en la que quiere obtener un 60% de los votos.
Pese las críticas, Maduro asegura que continuará su ofensiva económica para “proteger al pueblo” apoyado en los poderes especiales que la mayoría chavista del Parlamento le otorgará el martes para que gobierne por decreto durante un año.
AFP