Muero feliz porque nadie ha llevado luto por mi culpa.
Pericles (500 años a.C)
Cesáreo José Espinal Vásquez
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La democracia en su concepción etimológica es el “poder del pueblo”, gobierno de la multitud para Platón y “de los demás” para Aristóteles, pero cualquiera que sea su definición, la democracia es la antítesis de la tiranía. Es el sistema político perfectible, que puede revitalizarse, es decir, recoger sus propios errores, no por causas de ella misma, sino por las ejecuciones demagógicas de políticos quienes con etiquetas de demócratas, la han desprestigiado por abuso de poder, corrupciones e hipnotizando con la célebre frase “del pueblo, con el pueblo y para el pueblo”. El socialismo científico marxista utiliza a su vez la simbiosis de: socialismo igual a democracia, en malabarismo político. El socialismo en sus orígenes fue hijo de la democracia humanista y ética y no fue invento de Marx, porque su fin social apareció con Robert Owen, en 1834, quien siendo artesano marginado por la revolución industrial en el Reino Unido y luego administrador de una gran empresa textil propiedad de su suegro, estableció el humanismo ético sin atropellos ni revolución agresiva, proporcionándole a sus obreros reivindicaciones sociales de horario de trabajo, descanso, salario, etc.; pero también, en Paris en 1834, artesanos desplazados por las máquinas y perseguidos, crearon una sociedad clandestina que llamaron la Liga de los Justos con el lema: “Todos somos hermanos”. Marx al pedido de la Liga redactó sus postulados sociales, que tituló el “Manifiesto Comunista” (1848) y secuestró al verdadero socialismo de Owen y de la Liga de los Justos por considerarlos utópicos, habiendo tenido sus propósitos de propiciar el socialismo humanista sin revolución y del capitalismo a lo Owenista por convicción de conciencia, moral y ético. Todos somos obreros.
Pericles, 500 años a.C, ejerció el gobierno en Atenas llamado El Siglo de Oro, precursor de la democracia y estableció la meritocracia para acceder a las mas altas funciones públicas, sin importar su nacimiento, sea de cuna de oro o en catre de paja. Es la democracia periclitada, de respecto, honestidad y conciliación, quien moribundo, nos legó:“Muero feliz porque nadie ha llevado luto por mi culpa”.
El capitalismo es abuso del capital sin escrúpulos, es el “dolus malus”. Toda persona tiene en si misma la posesión natural de su propio ser, es su capital. Marx y Engels, sucumbieron implantando el socialismo científico y la revolución permanente y la democracia humanista, fue atrapada por el capitalismo corrupto.
La gente, más allá del concepto de pueblo, mal utilizado como sinónimo de marginados o proletariados, permanece en búsqueda del ideal social. Gente, es el rico y el pobre, de todas las clases sociales, razas, credos y sexo que aspira, anhela y reclama vivir en gente-cracia, en un Estado de Derecho Justo, sin tiranía, sin odios, ni revoluciones, sino en conciliación del socialismo y la democracia humanista y ética, sin el socialyomismo marxista ni en democracia, capitalista y salvaje.