La máquinas de votación que se usan en los procesos electorales en Venezuela pasan por un proceso de cuatro auditorías que certifican al doble su software y su funcionamiento. La revisión de los equipos comienza con la auditoría al software que los compone, seguido de una revisión de sus archivos de configuración, para dar paso a la producción de máquinas, proceso en el que se selecciona otro lote evaluado en la prueba de Predespacho.
En la actualidad, técnicos electorales y de los partidos políticos del país participan en la auditoría de producción de máquinas, proceso que se inició el 29 de octubre y termina este 29 de noviembre y en el cual se programan las máquinas con la información de los próximos comicios, el 8 de diciembre.
A las máquinas se les instala toda la información de mesas y centros de votación, incluidos los datos de los candidatos por circunscripción. Para llegar a este punto del proceso, se revisó antes el software de las máquinas, prueba en la que los técnicos de los partidos constataron que el código fuente, el corazón del sistema, es invulnerable.
Le siguió la revisión de los archivos con que se configuran o programan las máquinas, efectuada con la participación de los partidos, que también asisten hoy a la producción de las máquinas.
Sobre este proceso, el director general de Producción y Logística del Consejo Nacional Electoral (CNE), Alberto Avena, indicó que 350 personas, en tres líneas de producción, «vacían la data en la máquinas».
«Luego se hace un diagnóstico del funcionamiento de la máquina de votación que al quedar satisfactorio se envía para otro chequeo», indicó, a través del canal web del CNE.
Luego de este chequeo, «la máquina pasa por control de calidad, donde 82 personas hacen la revisión de las máquinas, tanto electrónicamente como de sus componentes».
La revisión se repetirá hasta haber programado y auditado 47.620 máquinas, lote del cual se extrae el 0,5 % de los equipos para la auditoría de Predespacho, en la cual se hace una réplica controlada de las fases de votación. «Se simulan los procesos de votación, transmisión y totalización para verificar, tanto la exactitud de la intención del voto del elector plasmada en el comprobante de votación como lo registrado en las actas de escrutinio y en el sistema de totalización», reseña el libro Auditorías del sistema electoral venezolano, publicado por el órgano comicial.
AVN