El candidato del chavismo a la Alcaldía Metropolitana de Caracas, Ernesto Villegas, asegura que la intención de la oposición de hacer de las municipales del 8 de diciembre un plebiscito sobre Nicolás Maduro no prosperó y que los ciudadanos decidirán con base en lo que crean mejor para ellos y no en consignas.
Villegas ha pasado de ser ministro de Comunicación y la cara visible del Gobierno en los meses en que el presidente Hugo Chavez luchaba contra la enfermedad que finalmente acabó con su vida hace ocho meses, a hablar de urbanismo, de pobreza estructural, de servicios comunales y de poder popular.
A falta de cinco días para las elecciones municipales, en entrevista con Efe se muestra convencido de que la oposición ha fracasado en su «apuesta a la polarización nacional de la elección municipal» para convertirla en una consulta sobre el Gobierno, porque «los electores no van a comprar esa ecuación».
El exministro y periodista se refiere así a las llamadas de la oposición y su líder, Henrique Capriles, a responder en las urnas a la depauperación de la situación económica en el país y a las controvertidas medidas adoptadas por el presidente Maduro para darle respuesta.
«Lo reportan las encuestas, no lo digo yo: la idea plebiscitaria alrededor de la elección municipal no prosperó, no echó raíces», subraya Villegas.
Afirma que «cada vez son más grandes las franjas de electores que optan por su calidad de vida más que por una consigna o una solidaridad automática con un bando político» y dice que está «seguro de que eso se va a reflejar en la elección del próximo 8 de diciembre».
Villegas es una de las apuestas más duras del chavismo: la de arrebatar al opositor Antonio Ledezma la Alcaldía de la Gran Caracas, una suerte de mecanismo de coordinación entre los cinco municipios que con alcaldes propios manejan el día a día de la principal ciudad de Venezuela y donde, salvo en Libertador (el Distrito Capital), bastión del chavismo, gobierna la oposición.
Reprocha a los alcaldes que se sitúan frente al oficialismo de hacer «un gran negocio» apelando «al discurso antichavista para ganarse el favor de sectores de la clase media que han adoptado el antichavismo casi como una moda».
Además, les acusa de hacer una gestión «pésima» y andar más preocupados por «derrocar» al Gobierno que por su tarea. «Es público y notorio que el actual alcalde metropolitano no quiere ser alcalde: quiere ser presidente; el gobernador de Miranda (Capriles) no quiere ser gobernador: quiere ser presidente, los alcaldes de los municipios tampoco están a gusto con eso», dice.
Villegas confía en que su discurso llegue a personas que se colocan en la acera ideológica contraria porque, según dice, «nosotros no tenemos por qué cambiar nuestra ideología, nuestras ideas políticas para reconocer si hay una oportunidad de una buena o una mala gestión».
Subraya que quiere poner la Alcaldía Metropolitana «al servicio de la participación de la gente» y que Venezuela atraviesa «un momento importantísimo» para que las instituciones locales «reconozcan la irrupción» del poder popular y su entramado de comunas, consejos vecinales y otras formas de organización vecinal.
Aspira a ser alcalde no por pretensiones personales sino porque, afirma: «La revolución me selecciona como su candidato a la Alcaldía Metropolitana de Caracas y lo hago con mucho entusiasmo con mucho sentido de la responsabilidad comprendiendo que tenemos que completar la obra de Chávez».
Inevitable la mención al periodo entre octubre, cuando Chávez le nombró ministro, hasta marzo, cuando el presidente falleció, una época de la que Villegas habla agradecido y emocionado. «No hubiéramos querido nada de eso: la enfermedad y muerte del presidente Chávez, no son recuerdos gratos para nadie esas semanas», afirma, para agregar a renglón seguido que «al mismo tiempo fue un momento de mucha cercanía emocional» con la gente.
Destaca que hoy esa cercanía que tuvo «brevemente» con Chávez, «es más bien una carta de presentación positiva», aunque no puede evitar recordar las «muchas leyendas que se tejieron alrededor» de él. «Pretendieron a mí pintarme como lo que no soy, pero en la calle eso no existe», asegura.
También está convencido de que «Chávez terminará siendo reconocido incluso por sus enemigos como un gran líder nacional», y que la tarea política que le queda por delante es continuar su legado. «No busqué ser ministro, no busqué ser alcalde metropolitano, pero la historia te va poniendo en posición de asumir responsabilidades», dice.
«Siento que puedo contribuir con mi país con unos ideales (…) no hacerlo también sería una irresponsabilidad», finaliza. EFE