La policía busca a un joven que habría disparado en la avenida principal de San Agustín para vengarse de una banda
Un adolescente de 15 años de edad, presunto autor del homicidio de Juan Carlos González Ortega, de 36 años de edad, tercer secretario del Servicio Interno del Ministerio de Relaciones Exteriores, ocurrido el lunes en la madrugada en San Agustín del Sur, murió al enfrentarse con una comisión del Cicpc.
En el suceso en el que falleció González, hirieron a Coromoto Aída Pérez, de 42 años de edad, que recibió un disparo en la frente. La víctima y la lesionada asistían a un evento musical organizado por la Alcaldía de Libertador, en la avenida Leonardo Ruiz Pineda de San Agustín del Sur.
Tiroteo cerrado
Una comisión del Eje Central de contra Homicidios del Cicpc llegó el miércoles en la mañana a la casa número 28 del sector La Ceiba, en busca de un implicado en este hecho. En la zona recibieron a los policías con disparos y estos decidieron entrar a la vivienda. El tiroteo se prolongó hasta que el adolescente fue herido y trasladado al Hospital Vargas, donde falleció.
Se conoció que este y otro joven, que ya está plenamente identificado, aprovecharon para confundirse entre el público y de esa manera disparar para vengarse de un grupo con quien tienen una confrontación, pero los proyectiles impactaron a González Ortega y a Pérez.
El martes a las 8:00 pm mataron a Eloy Mateos, de 34 años de edad, para robarle la moto que conducía. Los homicidas, cuatro hombres y una mujer que iban en un automóvil, lo interceptaron. El hecho ocurrió cuando la víctima llevaba a un sobrino, de 8 años de edad, a casa de sus suegros, en un edificio de Cotiza. Mateos no se resistió a entregar su moto.
Era padre de un niño y trabajaba con su mamá en una venta de repuestos. Vivía en El Cementerio y era el mayor de tres hermanos.
Jhongener Sardana, de 22 años de edad, que vendía zapatos en la avenida Lecuna, murió este lunes en el Hospital Pérez Carreño a consecuencia de tres disparos que recibió el domingo en la Lecuna. En el suceso hirieron a dos personas.
Tania Santana, esposa de la víctima, se enteró de lo ocurrido cuando desde el celular de su marido la llamaron para informarle que estaba herido.
“Esto se lo llevó el demonio. Mientras pasan los días hay más violencia y más muertos. Siempre pagan los inocentes”, dijo. Relató que ella y su esposo eran inseparables porque siempre salían juntos a laborar. Santana trabaja en un centro hípico cerca de donde su esposo vendía los zapatos y el domingo ella estaba libre.
Vía El Nacional