Uno de los representantes del grupo rebelde en la mesa de conversaciones en La Habana, donde se celebra la negociación de paz desde hace un año y donde el domingo se aprestaban a cerrar un nuevo ciclo, dijo que fue una «acción armada» contra una fortificación militar policial
La guerrilla de las FARC reconoció el domingo la autoría de un ataque con explosivos en el que murieron al menos 8 personas en el sur de Colombia, el peor a un pueblo desde el inicio del diálogo de paz con el Gobierno colombiano, y dijo que es parte de la confrontación en medio de la que se desarrolla el proceso.
Uno de los representantes del grupo rebelde en la mesa de conversaciones en La Habana, donde se celebra la negociación de paz desde hace un año y donde el domingo se aprestaban a cerrar un nuevo ciclo, dijo que fue una «acción armada» contra una fortificación militar policial.
«Este hecho es una acción que hace parte de la confrontación que se desarrolla en nuestro país y que es precisamente el objeto de este diálogo, es ponerle fin a esta confrontación», declaró Andrés París a periodistas en respuesta al atentado del sábado, antes de entrar en las negociaciones que cerrarán el ciclo 17 de conversaciones.
Según fuentes militares, los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lanzaron misiles de fabricación casera contra una casa que servía de cuartel al Ejército y a la Policía en el municipio de Inzá, en el departamento del Cauca, una zona con fuerte presencia de rebeldes.
En el ataque murieron cinco integrantes del Ejército, un policía y tres civiles, mientras que al menos 20 personas resultaron heridas y varias edificaciones quedaron reducidas a escombros.
«Se trata de una acción armada que podemos tipificar dentro de un asalto a una fortificación militar policial que está ubicada en el centro de poblaciones, asunto que prohíbe el derecho internacional humanitario, y hemos denunciado reiteradamente cómo se usa a la población civil como escudo», dijo París de las FARC.
El presidente Juan Manuel Santos condenó y repudió el ataque el sábado, e informó de que viajará a la zona para realizar un consejo de seguridad. Su ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, fustigó: «Esto demuestra la actitud criminal y de barbarie de las FARC».
El grupo rebelde y el Gobierno de Santos iniciaron en noviembre del año pasado en La Habana el proceso para la búsqueda de un acuerdo que termine con el conflicto armado de casi medio siglo que ha dejado al menos 200.000 víctimas, la mayoría civiles.
Santos ha rechazado cualquier tregua bilateral mientras transcurren los diálogos.
Ambas partes han logrado acuerdos parciales en el tema agrario, que busca dar acceso a la tierra a los campesinos pobres, y en el de las garantías para la oposición política, que establece las bases para que la insurgencia abandone las armas y se transforme en un partido.
Actualmente se debate el tema del narcotráfico y no se perfilan acuerdos inmediatos sobre el asunto.
AP