Una comisión presentó ayer un informe en el que se detallaron revelaciones sobre las circunstancias en las que murió Juscelino Kubitschek, quien gobernó Brasil entre 1955 y 1960
Una comisión investigadora de la cámara de concejales de la ciudad de Sao Paulo afirmó ayer que pedirá a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y al Congreso que reconozcan que el ex presidente brasileño Juscelino Kubitschek fue asesinado en un atentado en 1976, durante la dictadura militar (1964-1985).
Como había anunciado el lunes, la comisión municipal presentó ayer un informe en el que se detallaron revelaciones sobre las circunstancias en las que murió Kubitschek, quien gobernó Brasil entre 1955 y 1960.
«Vamos a enviar oficios a la presidenta de la República, al presidente del Congreso, al Supremo Tribunal Federal y a la Comisión Nacional de la Verdad pidiendo que Brasil reconozca que Juscelino fue asesinado y que su muerte no fue un accidente, sino un complot», aseguró el presidente del comité investigador de los concejales de Sao Paulo, Gilberto Natalini.
La versión oficial apunta que el expresidente falleció el 22 de agosto de 1976 en un choque con su automóvil en la carretera Dutra, cuando viajaba con su chófer desde Sao Paulo hasta Río de Janeiro.
En las declaraciones reflejadas en el informe presentado ayer, el perito criminal Alberto Carlos de Minas aseguró haber visto un agujero en el cráneo del conductor con características que apuntaban que podría haber sido provocado por un proyectil de arma de fuego.
«El orificio del cráneo del conductor de Juscelino es algo que hemos visto. El fragmento de metal encontrado dentro del cráneo del cadáver en la exhumación fue explicado como un clavo del féretro. Entonces, ¿cómo un clavo del féretro va a entrar dentro del cráneo de un cadáver?», dijo Natalini en referencia al argumento oficial empleado por el régimen de facto.
«Eso es un cuento, no sé cómo el país ha podido haberse creído eso», subrayó.
Tras el accidente, según el perito recogido en el informe, las autoridades habrían prohibido que se fotografiara el cráneo al alegar que estaba deshecho.
De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo por la comisión, el Servicio Nacional de Información (SNI), una de las policías políticas de la dictadura, podría haber sido uno de los encargados de ordenar el asesinato del ex mandatario.
«En toda la coyuntura política que había en el país en aquella época, Juscelino se perfilaba como candidato y el régimen no quería su candidatura. A esto se suman las cuestiones del Cono Sur», prosiguió, en referencia a la Operación Cóndor, la red represiva de las dictaduras suramericanas.
En Brasil, varios comités para revisar episodios de la dictadura fueron abiertos en estados y municipios, luego de que la presidenta Dilma Rousseff instalara en 2012 la Comisión de la Verdad, que debe entregar el próximo año un informe final sobre los crímenes del régimen militar.
El mes pasado, el Gobierno brasileño ordenó pericias en los restos del ex presidente Joao Goulart, derrocado el 31 de marzo de 1964 por un golpe militar, para determinar si fue envenenado en el marco de la Operación Cóndor.
Goulart falleció el 6 de diciembre de 1976 durante su exilio en la provincia argentina de Corrientes, cercana a la frontera con Brasil y en noviembre pasado recibió honores de Estado por parte de la presidenta Rousseff. Agencias
foto dice rou
Según el informe, el perito crimina aseguró haber visto un agujero en el cráneo del conductor con características que apuntaban que pudo haber sido una muerte provocada