Al menos tres personas murieron hoy en Israel como consecuencia del temporal de nieve que azota la parte oriental del Mediterráneo, según informaron fuentes de la policía.
Las tres víctimas son dos civiles, al parecer de una tribu beduina, que se vieron arrastrados por la corriente de un torrente en el desierto del Negev, y un vecino de la ciudad de Rishón Letzión, al sur de Tel Aviv, que cayó de un tejado como consecuencia del fuerte viento mientras trataba de arreglar una gotera en el techo de su casa.
A pesar de que la tormenta va amainando poco a poco y ha dejado de nevar, decenas de localidades israelíes y palestinas, incluidas Jerusalén y Ramala, siguen aisladas desde el jueves por la noche.
La situación en la cordillera central que cruza Israel y Cisjordania de norte a sur es de completo aislamiento, y decenas de pueblos y ciudades llevan más de 48 horas completamente aislados, y muchos sin electricidad.
Esta noche las autoridades israelíes abrieron la principal autopista que conecta Tel Aviv con Jerusalén, pero sólo al paso del transporte público y bajo escolta policial.
El tramo más problemático se encuentra en los últimos veinte kilómetros antes de llegar a Jerusalén, una zona montañosa en la que hoy se registraron acumulaciones de hasta 70 centímetros de nieve.
La dirección israelí de Emergencias informó esta noche de que más de veinte carreteras, entre ellas tres arterias vitales en Israel y Cisjordania, siguen cortadas.
Este domingo, día laborable en Israel, los colegios y universidades seguirán cerrados por las dificultades para desplazarse por la ciudad, donde las principales calles están abiertas al tráfico pero aún presentan grandes cantidades de nieve.
El Gobierno israelí pidió la ayuda del Ejército en las labores de rescate debido a las graves consecuencias de un temporal que todos los expertos consideran el peor de las últimas décadas, y que ha provocado numerosas inundaciones, cortes de carreteras por todo el país y severas interrupciones en el suministro de electricidad.