El trayecto inaugural, de una hora y cuarto de duración, contó con la presencia de la ministra de Fomento (Transportes) española, Ana Pastor, su homólogo francés, Fréderic Cuvillier, y los presidentes de las compañías ferroviarias de ambos países, Julio Gómez-Pomar (de la española Renfe) y Gillaume Pepy (de la francesa SNCF).
Antes de este convoy, un tren de pasajeros había partido de Barcelona con destino a París con el primer centenar de usuarios de la nueva línea operada conjuntamente por ambos países.
Largamente esperado a ambos lados de la frontera, numerosos curiosos y una banda de música esperaban al tren a su llegada a la soleada estación de Perpiñán, desde donde se vislumbraban los nevados picos de los Pirineos, la separación natural entre España y Francia.
«Hoy se inicia la desaparición de las fronteras ferroviarias entre ambos países», se felicitó Gómez-Pomar.
«Los Pirineos van a dejar de representar una barrera», añadió Pastor.
SNCF y Renfe han «hecho lo impensable. Hacer circular trenes franceses en España y trenes españoles en Francia», destacó por su parte su homólogo francés.
Con esta apertura, que llega con un año y medio de retraso, dos trenes de ida y vuelta unirán diariamente la capital francesa con Barcelona.
Además, la ciudad catalana también tendrá una conexión diaria con Lyon, Toulouse y Marsella. En el caso de esta última, el tren proseguirá hasta Madrid.
«Hay que crear el mercado, llenar los trenes y después se añadirán más», explicó Jean-Yves Leclercq, director para Europa de la sección de viajes de SNCF.
En total, 17 ciudades españolas y francesas se verán beneficiadas con esta red ferroviaria franco-española. Sólo una parte del recorrido, entre la ciudad española de Figueres y la francesa de Montpellier, transcurre sobre vías convencionales.
Los 80 km de trazado entre Montpellier y Nîmes ya están construyéndose y deberían entrar en servicio en 2017. Las obras en el tramo restante todavía están bajo estudio, señaló Cuvillier, sin dar detalles sobre su realización.
Desde el pasado 28 de noviembre se han vendido unos 30.000 billetes a unos precios que oscilan entre los 59 y los 170 euros en los trayectos de ida y vuelta entre París y Barcelona.
Durante 2014, SNCF y Renfe esperan alcanzar la cifra de un millón de viajeros.
El servicio está destinado principalmente a traslados por motivos de ocio y vacaciones entre estos dos países, los más turísticos de Europa.
«Cada año se producen 82 millones de viajes entre España y Francia», destacaron Renfe y SNCF en un comunicado.
Sin embargo, el nuevo servicio también espera estimular las relaciones económicas entre ambos Estados.
«Francia es el primer cliente y segundo proveedor de España con un 20% de las exportaciones españolas y un 12% de sus importaciones», apuntó Ana Pastor en su discurso, en el que definió al ferrocarril como «símbolo de modernidad y motor de la economía».
Con un tiempo de recorrido de 6 horas y 25 minutos entre Barcelona y París, la nueva línea sólo reduce en 20 minutos el tiempo de viaje pero evita a los pasajeros el trámite de cambiar de tren en Figueres (al norte de España) antes de cruzar la frontera.
Cuando se termine el trazado de alta velocidad entre Perpiñán y Nimes, previsto en un inicio para 2021, el trayecto durará 5 horas y 35 minutos.
En cambio, la línea entre Toulouse y Barcelona será directa y durará sólo 3 horas, respecto a las cuatro horas y los dos transbordos necesarios actualmente.
«Es una conexión mediterránea», señaló en diciembre de 2012 el presidente de la SNCF Guillaume Pepy, definiendo la línea como «una herramienta de desarrollo del arco mediterráneo». AFP