El presidente Barack Obama dijo el viernes que Estados Unidos envió a 45 militares a Sudán del Sur para proteger su embajada y empleados en el país
JUBA. Mediadores africanos dijeron que mantuvieron un diálogo productivo el viernes con el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, en un intento por evitar que un conflicto desatado hace una semana lleve a la nación a una guerra civil.
Naciones Unidas estimó el viernes que al menos 20 personas de la etnia dinka murieron durante un ataque de miles de jóvenes armados de una tribu rival a una base de la ONU en el estado de Jonglei.
Los jóvenes de la etnia lou nuer mataron a dos soldados de paz de origen indio y huyeron con armas, municiones y otras provisiones, dijo la misión de la ONU en Sudán del Sur en un comunicado.
Los civiles dinka se habían refugiado en la base.
Kiir, miembro del grupo étnico dinka, acusó a su ex vicepresidente Riek Machar, un nuer que fue separado de su cargo en julio, de intentar tomar el poder por la fuerza.
Los enfrentamientos que comenzaron el sábado en la capital Juba se extendieron paulatinamente, alimentados por lealtades étnicas.
El presidente dijo que estaba listo para dialogar. En tanto, Machar afirmó a una radio francesa que estaba pronto para «negociar su salida del poder» y dijo que el Ejército podría obligar a Kiir a dejar el cargo si no renuncia.
«Tuvimos una reunión muy productiva con el presidente Salva Kiir y continuaremos con las consultas», dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Etiopía Tedros Adhanom, quien lidera la delegación africana, a periodistas antes de regresar a la reunión.
El equipo incluyó ministros de Kenia, Uganda, Yibuti y representantes de Somalia, la Unión Africana y Naciones Unidas. Es la primera iniciativa de paz desde que comenzaron los enfrentamientos.
«El presidente Kiir siempre ha dicho que no quiere que su pueblo vuelva a la guerra», dijo el canciller Barnaba Marial Benjamin a Reuters. «Por ello el Gobierno ha estado negociando con muchas milicias», agregó.
Los enfrentamientos preocupan a los estados vecinos, que temen una nueva inestabilidad en un área volátil del continente. Además, amenazan con frenar los pasos hacia la creación de un Estado funcional que declaró su independencia de Sudán en el 2011 tras décadas de guerra.
Los enfrentamientos se extendieron a vitales áreas de producción de petróleo. Soldados de facciones rivales chocaron en una base cerca del pueblo de Bentiu, capital del estado productor de crudo Unity State.
El presidente Barack Obama dijo el viernes que Estados Unidos envió a 45 militares a Sudán del Sur para proteger su embajada y empleados en el país.
China National Petroleum Corp, uno de los principales operadores en el país, dijo que trasladaría a 32 trabajadores de uno de los yacimientos a Juba, según la agencia estatal de noticias Xinhua.
Naciones Unidas dijo el martes que al parecer hasta 500 personas habían muerto en enfrentamientos pero no ha dado una nueva cifra desde entonces.
Edmond Mulet, vicedirector de operaciones de paz de la ONU, informó al Consejo de Seguridad sobre la situación el viernes. Según diplomáticos en la reunión a puertas cerradas, Mulet dijo que unos 35.000 civiles en seis de los 10 estados del país se habían refugiado en bases del organismo internacional.
Agencias