Más de 8.000 mujeres habían confirmado hasta el viernes en Facebook que comparecerían sin la parte de arriba del bikini a la famosa playa de Brasil.
La convocatoria generó gran expectativa y decenas de curiosos y fotógrafos de medios de comunicación habían concurrido al lugar.
«Un verano sin marcas y sin hipocresía», había pedido la organizadora del «Toplessaço», Ana Rios, una productora y activista de derechos humanos de 23 años, quien se resistió a hacer topless este sábado, al considerar que se había convertido en un «circo», dijo citada por O Globo.
Muchas mujeres informaron que decidieron no ir ante la gran expectativa generada: «Tuve miedo del asedio (…) viendo la repercusión y los comentarios, veo que nuestra cultura aún no está preparada para eso, es una pena», dijo Julia Barros, una internauta.
Brasil, tierra del Carnaval y de las reinas de belleza, donde la ropa femenina es mínima y el tanga (string-bikini) se considera completamente normal, prohíbe los pechos desnudos en las playas.
La iniciativa del «toplessaço» fue lanzada después de que la actriz Cristina Flores fuera detenida por la policía por «atentado al pudor» al posar para fotos en la playa sin la parte de arriba del biquini, para promover una obra de teatro.
«En Rio hacer topless es visto como un delito. Siempre me pareció extraña esta actitud puritana en Brasil, donde en un momento del año (Carnaval) se ven mujeres desnudas por todas partes, en las portadas de las revistas, en los quioscos de periódicos», explicó la organizadora al diario O Dia esta semana.
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