El desconocimiento de la voluntad de los electores es el lamentable comportamiento del gobierno
Noel Álvarez
El irrespeto al adversario y, peor aún, el desconocimiento de la voluntad de los electores sigue siendo el lamentable comportamiento del gobierno. Es absolutamente condenable que ante la derrota que recibieron sus candidatos de las llamadas «joyas de la corona» y de un considerable número de alcaldías, no acepten el resultado. La respuesta es crear gobiernos paralelos, quitar recursos y competencias con el único fin de sabotear la gestión de los legítimamente electos, lo que constituye un irrespeto de marca mayor al electorado, una afrenta a la democracia.
El gobierno sigue empeñado en desconocer la realidad, niega la necesidad de diálogo entre todos los sectores. El pasado 8 de diciembre de 2013, aproximadamente un 59 por ciento de los venezolanos acudió a las urnas electorales para elegir a los alcaldes y concejales de su preferencia y casi un 40 por ciento se abstuvo. Más allá de las precisiones en números, los resultados reflejan que el país continúa dividido en dos mitades, una, afecta al oficialismo y la otra, a la alternativa democrática. El único que parece no se ha enterado es el gobierno y la dirigencia del PSUV, que no leen los resultados oficiales del CNE, sino que manipulan cifras y mienten al país.
La creación de gobiernos paralelos es realmente reprochable. Para desconocer a Ledezma, cuando fue electo, por primera vez, Alcalde Metropolitano, el gobierno anterior designó a Jacqueline Faría como Jefa de gobierno del Distrito Capital, quitándole competencias y recursos. Luego, ante la derrota que le propinó Capriles a Elías Jaua, designan a este último como protector de Miranda, con el fin de entorpecer la labor del gobernador. Ahora, al no lograr que Ernesto Villegas llegara a la Alcaldía Mayor lo designan Ministro de Estado para la Transformación de Caracas, cargo que Laureano Márquez definió como «alcalde- a- juro». De igual forma, continúan despojando de sus competencias a los alcaldes de la alternativa democrática, burlándose de lo que el pueblo decidió.
Sin duda, los gobiernos paralelos, arrebatar competencias y presupuesto a los alcaldes legítimamente electos es una provocación, un perverso recurso para acorralar a las autoridades que no siguen su línea, sin medir las consecuencias que eso trae para la población. Desconocer la voluntad popular no es un acto democrático, sabotear la gestión de las autoridades electas por los votos y no con trampas ni triquiñuelas constituye una grave violación a nuestra Constitución Nacional. La existencia de gobiernos paralelos o protectores, llámese como se llame, es un acto fascista.
@alvareznv